Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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El crimen a sangre fría cometido en la ciudad de Buffalo, Estado de Nueva York es la más reciente, aunque seguramente no la última, manifestación de la Teoría del Reemplazo que se viene predicando desde hace algún tiempo y que apunta a que el crecimiento de la población migrante y de color en Estados Unidos es provocada por judíos, quienes quieren acabar con la mayoría blanca, lo que refuerza el movimiento de quienes creen en la supremacía de esa raza. El recién graduado de una escuela que perpetró el ataque a un supermercado en un barrio con predominante población de color (negra y café), elaboró detallados documentos de lo que lo llevó a cometer ese brutal crimen por el que ahora será juzgado.

La propagación de diversas teorías conspirativas alrededor del mundo es mucho más fácil en este tiempo dada la facilidad que ofrecen las redes sociales para propagarlas, a lo que se suma el papel de medios de comunicación que propagan, hasta convertir en credo, esas ideas que tienen la finalidad de sembrar el odio y la división, tal y como ocurre en nuestro medio en donde todo se refuta como parte de la disputa que es producto de la polarización que tanto conviene a quienes sacan provecho de las divisiones que ocurren en la sociedad e impiden alcanzar acuerdos en función del país.

El problema es mucho más grave de lo que puede parecer a simple vista porque en realidad son muchísimas personas las que comparten esos puntos de vista y que ven en el crecimiento de las minorías una seria amenaza para la supremacía que históricamente ha ejercido la raza blanca. Desde ese punto de vista nuestros compatriotas que viven y trabajan en Estados Unidos se encuentran en riesgo porque cada vez son más los que ven a los inmigrantes como algo peligroso y que debe combatirse mediante el uso de la fuerza, tal y como ocurrió en la ciudad de Buffalo. Entre los que creen en la Teoría del Reemplazo hay muchos elementos de las fuerzas de seguridad que no vacilan en mostrar sus tendencias cuando tienen que lidiar con población de color o latina en diferentes lugares del norte de América.

Hablamos mucho de lo que fue el Holocausto iniciado antes de la Segunda Guerra Mundial por el régimen de Hitler en Alemania y no es casual que uno de los objetivos de los propagadores de la Teoría del Reemplazo sean los mismos judíos y que crímenes como el cometido en Pittsburgh en una Sinagoga sean producto de la idea de que los que han facilitado ese reemplazo son precisamente los judíos que, según ellos, desprecian a la llamada raza aria.

La forma en que se ha propagado esa política de odio es impresionante y es alentada por conocidos personajes de la televisión y por políticos que no tienen ningún empacho en hablar de los inmigrantes como invasores y de los negros como vividores. El tono de los mensajes que se escuchan en muchas de las actividades políticas en esta época previa a la crucial elección de medio período es un indicador de cuán extendida está esa idea y de cuánto es el riesgo que hay para judíos, hispanos y personas de color que han sido colocados en la mira de los extremistas.

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