Fernando Mollinedo C.
Con el respeto que me merecen las autoridades del Ministerio de Educación, de nuevo externo mi criterio respecto a la medida contenida en el Acuerdo Ministerial 692-2022 de fecha 4 de marzo del corriente año. En dicho Acuerdo se establece que los alumnos graduandos de los centros educativos nacionales, para aprobar el curso de Seminario, tendrán que impartir tutorías en Matemática, Comunicación y Lenguaje a los niños de segundo, tercero y cuarto grado de educación primaria en las escuelas nacionales.
El objetivo ilusorio que el Ministerio de Educación persigue con esta acción es el de “mejorar en los niños las habilidades mínimas que establece el Currículo Nacional Base” porque la pandemia obligó a suspender las clases presenciales y no permitió a los maestros desarrollar o alcanzar las competencias básicas en las áreas mencionadas por medio de las clases virtuales a los niños que hayan tenido servicio de internet, ¿y los que no?
La palabra TUTORÍA significa la reunión de carácter orientativo e informativo con un tutor; y la palabra TUTOR se aplica a la persona encargada de orientar a los alumnos en una asignatura, un curso, una práctica o un trabajo de investigación. Ahora viene la pregunta del siglo: ¿Cómo puede el Ministerio de Educación confiar tutorías en materias tan importantes a estudiantes que no tienen la formación pedagógica ni didáctica para realizar la tarea de enseñanza?
En mi punto de vista, lo anterior es una ofensa para los maestros que si trabajan a conciencia, el gran PROBLEMA es que, dichas materias son las que los alumnos de secundaria reprueban en un porcentaje tan elevado de forma continuada, lo que no les da la capacidad ni el conocimiento para “orientar” a los alumnos del nivel primario y mucho menos para recuperar las habilidades y conocimientos que supuestamente no les enseñaron sus maestros para superar el rezago que se quiere eliminar.
Lo anterior lo digo porque de acuerdo a las propias informaciones y estadísticas del Ministerio de Educación, establecen que el “cuco educativo” para los estudiantes de secundaria son dichas materias. En la prueba diagnóstica realizada por el Mineduc a los alumnos de todos los niveles para establecer el grado de conocimiento en Matemática y Comunicación y Lenguaje adquiridos durante la pandemia, el resultado fue: SESENTA Y CINCO por ciento no obtuvo el nivel de aprendizaje en lectura y escritura; y en Matemática, el SESENTA Y DOS por ciento no alcanzó las competencias requeridas para el grado evaluado. En el año 2019, uno de cada diez alumnos en Matemática, mientras que en Lectura y Escritura sólo fueron 4 quienes obtuvieron un logro aceptable.
Entonces en pocas palabras ¿el Ministerio de Educación interpreta que los maestros no están realizando su trabajo como deberían hacerlo y por ello es NECESARIO Y OBLIGATORIO que estudiantes de bachillerato en ciencias y letras, peritos contadores, secretariado comercial y bilingüe y demás disciplinas técnicas que nada tienen que ver con la formación pedagógica sean quienes proporcionen un acompañamiento personalizado para mejorar el rendimiento de los escolares sean quienes “orienten” a los niños en Matemática y Lenguaje? ¿Acaso los maestros no son capaces de hacerlo y es necesario que personas sin instrucción pedagógica les lleguen a decir la forma en que deben hacer su trabajo?
La primera etapa del seminario consistirá en realizar una investigación bibliográfica sobre temas didácticos; la segunda una “formación” virtual de cómo ser tutores y, la tercera, una capacitación de treinta horas para elegir la tutoría a impartir: Matemática o Comunicación y Lenguaje. Con este proceso relámpago, el Ministerio de Educación pretende que los alumnos de segundo, tercero y cuarto del nivel primario aprendan lo que sus maestros no pudieron ni quisieron enseñarles y que ahora los estudiantes graduandos les enmendarán la plana.