Cristina de Méndez es madre de dos hijos, su hijo mayor presenta autismo lo que la motivó a estudiar trabajo social y graduarse en la carrera de Psicología Clínica en la Universidad Da Vinci en Huehuetenango para poder brindarle la atención adecuada. Hoy cuenta con su propia clínica llamada INTEGATEA, en la que atiende a niños con esta misma condición.
El hecho de ser madre representa para Cristina una de las etapas más importantes de la vida, ya que se aprende a entregar todo lo que se tiene para criar a los hijos y se presenta la oportunidad de transmitirles principios, valores, tradiciones pero principalmente amor, indica.
“Es una bendición para nuestras vidas poder darle a nuestros hijos la oportunidad de ser mejores personas”.
Al darse cuenta que en Huehuetenango no existían muchas opciones de apoyo para tratar a niños con autismo, platicó con su familia quienes la orientaron en tomar la decisión de especializarse en Psicología clínica, estudiaba los sábados para no sacrificar los días de terapia de su hijo mayor y cuando ella no podía estar presente, contaba con el apoyo de su esposo.
Cristina ha podido conllevar su maternidad y su profesión dedicando tres días de la semana a su clínica, lo que le permite el resto de los días compartir con sus hijos, tiempo que aprovecha para convivir con ellos y apoyarles con sus tareas, cabe agregar que actualmente se encuentra estudiando una maestría en Psicología.