Juan de Dios Soberanis Jiménez
Instagram: @Ju4nd3_115
Estudiante de Ciencias Jurídicas y Sociales, Investigación Criminal. Miembro del Frente Ciudadano Contra la Corrupción.
En los últimos años, la humanidad ha logrado desarrollar de manera exponencial uno de sus aspectos más primitivos, el de comunicarse, la información llegando de un continente al otro extremo del planeta en muy poco tiempo. Esto, gracias a las conexiones, internet, los diarios y medios de comunicación masiva, sin embargo, a pesar de esto, aún hay comunidades que no poseen acceso al internet o se les dificulta bastante la información.
El pensamiento lógico que surge de esta bifurcación es que la distribución de información en estos lugares es por algún diario local que, en cierta medida, subsana el problema de la falta de conexión con el mundo exterior, sin embargo, es necesario tener en cuenta la información difundida y lo que realmente es publicado como aquella información más importante, ya que hay grandes limitaciones para estas comunidades y la información que se difunde puede no ser de calidad.
Es usual ver primeras planas con un titular impactante y que parece quitar el velo de los ojos de la población, y si bien muchas veces es así, pero ¿en qué medida lo es realmente? Porque muchas noticias se escuchan por una o dos semanas y luego parece que se desvanecieran. Esto no es en desmerito en el trabajo de aquellos que realmente se esfuerzan por hacer que el pueblo conozca la verdad que sucede, sino que tristemente esta información muchas veces se ve opacada por otra que “vende más” o simplemente se ve silenciada.
Es realmente muy triste ver cómo la manipulación mediática afecta al conocimiento que la población puede conseguir y adoptar, ya que muchas noticias de avances científicos, políticas tomadas o de impacto global como la preocupación del cambio climático terminan por ser opacadas por noticias de farándula o del momento. Esto lleva a que, en países con altos índices de corrupción la información que obtiene el pueblo pase por el filtro estatal, o se corrige por el miedo a ese Leviatán descrito una vez por Hobbes.
La lucha de hoy, más que encontrarse en la calle o ser de carácter militar, es de la comunicación. Es necesario tomar realmente la iniciativa de controlar compartir la información que queremos que salga a la luz, luchar para que sea de calidad, imparcial y, sobre todo, no para un gobierno, sino para la gente.
Hoy más que nunca resuenan las palabras que alguna vez dijo Simón Bolívar, para recordarnos quien realmente tiene el poder del cambio: “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción” Depende de los lectores pelear por información de calidad y animar a más personas a buscar información, animar a los jóvenes para así lograr ese cambio que tanto necesitamos.