El presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto AP

El presidente Joe Biden y su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador acordaron el viernes en una llamada telefónica hacer más para promover “gestiones justas, humanas y eficaces para reducir la migración irregular” en la frontera entre ambos países, reportó la Casa Blanca tras su conversación de casi una hora.

Por su parte, López Obrador tuiteó que “tuvimos una cordial conversación» en la que “tratamos temas de interés en la relación bilateral”.

En la llamada también se abordaron los preparativos de la Cumbre de las Américas, que se celebrará en junio en Los Ángeles, y el final de las restricciones a los solicitantes de asilo que Washington implementó por la pandemia de COVID-19.

Además, ambos gobernantes hablaron sobre atender las causas que provocan la migración a través de iniciativas de desarrollo en Centroamérica y México, según un comunicado de la presidencia mexicana. Conversaron sobre la necesidad de garantizar formas seguras y sustentables de vida para sus ciudadanos y migrantes, y de “ampliar las vías legales para migrantes y refugiados”.

“En vista de los flujos sin precedentes de migrantes de todo el hemisferio a nuestros dos países, los presidentes reiteraron la necesidad de construir herramientas más sólidas para manejar los brotes migratorios regionales”, señaló la Casa Blanca en un comunicado.

Por otro lado, López Obrador le pidió al gobierno de Estados Unidos que invite a la cumbre a todas las naciones del continente americano “sin excluir a nadie”. El gobierno de Biden ha insinuado que es improbable que se invite a Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Estados Unidos y México desean acelerar el desarrollo y los proyectos de infraestructura a lo largo de la frontera que comparten para seguir fortaleciendo las cadenas de suministro norteamericanas y la actividad agrícola y comercial transfronteriza, agregó el comunicado.

 

La conversación entre los dos mandatarios tuvo lugar en un momento de tensiones internacionales e internas, ya que la guerra en Ucrania ha elevado la inflación en todo el mundo y generado preocupaciones por la probable escasez de petróleo, gas natural y alimentos.

Además, se llevó a cabo cuando faltan sólo unas semanas para que Estados Unidos ponga fin el 23 de mayo a la medida que expulsa de forma expedita a los solicitantes de asilo para prevenir contagios de COVID-19. Eso exacerbaría las tensiones sobre migración antes de las elecciones legislativas estadounidenses, en las que se decidirá si los demócratas mantienen el control de la Cámara de Representantes y del Senado.

El gobierno del expresidente Donald Trump impuso las así llamadas restricciones del Título 42 a los solicitantes de asilo en marzo de 2020, en un momento en que la pandemia comenzaba a avanzar con mayor rapidez. Las autoridades de la época dijeron que el objetivo era proteger la salud pública, pero para los partidarios del control de la inmigración también era una forma de impedir el paso de inmigrantes, una prioridad de Trump. México es considerado un socio crucial en el manejo del incremento de migrantes una vez que se cancelen esas restricciones.

López Obrador dijo en su tuit que el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard visitará Washington el lunes con el fin de “avanzar en temas de cooperación para el desarrollo y sobre la Cumbre de las Américas”.

Antes de la reunión del viernes, López Obrador había dicho sobre ella que “es importante que se dé esta comunicación, escuchar al presidente Biden, que nos ha tratado con respeto, como también nos trató con respeto el presidente Trump… y tenemos que procurar una buena relación».

López Obrador tiene prevista una gira la próxima semana por cuatro países centroamericanos y Cuba. En Centroamérica prevé hablar con sus homólogos sobre el desarrollo económico y los programas sociales que podrían aminorar la presión que sienten los habitantes de esos países para emigrar. Previamente ha exhortado a Washington a que respalde algunas de sus iniciativas en América Central.

 

Con relación a Ucrania, México ha condenado la invasión de Rusia, pero se ha negado a aplicar sanciones. El gobierno de Biden ha impuesto sanciones y ha congelado activos del banco central ruso con el objetivo de erosionar las capacidades militares del Kremlin.

En otro tema, el gobierno estadounidense ha expresado objeciones a las polémicas reformas del sector energético impulsadas por López Obrador, las cuales favorecerían a las generadoras eléctricas estatales en detrimento de las plantas privadas. Se aprobó una ley en ese sentido, pero una reforma constitucional similar fracasó en el Congreso de México la semana pasada.

 

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