El candidato izquierdista Gustavo Petro firmó el lunes un documento bajo juramento en el que se comprometió a «no expropiar» bienes si llega a la presidencia de Colombia como un acto simbólico para intentar disipar las críticas de sus detractores.
«Dentro del respeto profundo por la constitución y la ley, como presidente de todos los colombianos, no expropiaré las riquezas y bienes de sus propietarios», dice el documento que firmó el postulante en una notaría. Pero el documento no lo obliga jurídicamente, sino que es simbólico.
Petro, quien en su juventud militó en la extinta guerrilla M-19, aspira por tercera vez a la presidencia y esta vez lidera las encuestas. En marzo obtuvo la mayor votación en las consultas interpartidistas, similares a unas primarias presidenciales.
Al candidato de izquierda lo han señalado de querer expropiar bienes, un temor que cala en el sector empresarial. «Cualquiera menos Petro», reza un grafiti en el norte de Bogotá, cerca de restaurantes costosos y almacenes.
Ante notario y en documento público bajo gravedad de juramento, si incumplo sería delito, me comprometo ante el pueblo que, respetando la Constitución y la ley, no habrá ningún acto de expropiación contra ningún bien de los colombianos en mi gobierno.pic.twitter.com/2dDygu3G5i
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 18, 2022
Petro ha dicho reiteradamente que su intención no es expropiar sino «democratizar». En sus palabras, esto significa que las «condiciones para producir deben repartirse entre millones de colombianos». El candidato propone «democratizar» el conocimiento, el crédito y el espacio virtual y físico.
Para el analista político y económico Johan Caldas, de la Universidad de la Sabana, persisten «dudas sobre el alcance de su concepto de democratización» que también usó Petro en su propuesta para reformar el sistema pensional colombiano en el que se le daría menos cabida a los fondos privados y más al público.
Caldas dijo a The Associated Press que Petro recurre a «estrategias simbólicas» para difuminar la «asociación que tiene su aspiración presidencial con el concepto de expropiación», al que se ha referido en el pasado. Por ejemplo, en el 2020 durante la pandemia Petro sugirió que el Estado podría comprar las casas donde se estaban desalojando a las personas que no podían pagar el arrendamiento para hacer centros de alojamiento para los más vulnerables.
«La expropiación por vía administrativa es una venta obligada y rápida», escribió Petro en Twitter.
La Constitución de Colombia dice que se debe garantizar la propiedad privada, pero también permite que el interés privado ceda al público o social, por lo que la expropiación está avalada mediante sentencia judicial e indemnización previa.
Petro, de 61 años, asegura que hay una «campaña de miedo» en su contra, una denuncia que no es nueva. En las elecciones de 2018, cuando compitió por la presidencia y perdió frente a Iván Duque, el fantasma de la expropiación también lo perseguía y entonces se le señalaba con más fuerza de ser cercano al chavismo y de querer «convertir a Colombia en una Venezuela».
El expresidente Álvaro Uribe, padrino político de Duque y líder del partido Centro Democrático, dedica constantemente advertencias a los electores, por lo que considera haría Petro de llegar a la presidencia.
«Es mejor amanecer en Colombia donde hay trabajos para hacer o emprender, posibilidades de resolver problemas, que en Cuba o Venezuela donde el oficio es sentarse a esperar una ración del Estado. Ojo con el voto», escribió Uribe la semana pasada en su cuenta de Twitter.
En la baraja de candidatos Petro es el único de izquierda y competirá en la primera vuelta presidencial el 29 de mayo con los candidatos de derecha Federico Gutiérrez, Luis Pérez, Enrique Gómez y John Milton Rodríguez, y con los candidatos de centro Sergio Fajardo, Íngrid Betancourt y Rodolfo Hernández. En caso de que ninguno obtenga más de la mitad de los votos totales, se convocará a una segunda votación con quienes logren los dos mayores resultados.