En todos los parlamentos del mundo las decisiones se toman por mayoría de votos y no por unanimidad, razón por la cual la respuesta de Guatemala ante la severa resolución que expresa la preocupación por el Estado de Derecho y la situación de los derechos humanos en nuestro país resulta simplemente estúpida al decir que no tomó en cuenta las opiniones de unos pocos eurodiputados que hablaron bien del gobierno de Giammattei. El tema de los derechos humanos, como bien lo dijo hace más de sesenta años el jurista guatemalteco Carlos García Bauer, es una preocupación universal aunque aquí lo sigamos viendo como algo irrelevante o como simple producto de esa absurda polarización que marca el comportamiento de nuestra sociedad.
Rusia y Corea del Norte tampoco aceptarán la resolución del Parlamento Europeo, pero el rechazo de los países señalados no quiere decir que no exista razón para el muy duro pronunciamiento aprobado por la mayoría de los miembros de ese foro regional, muy distinto por cierto a la cacharpa que es el Parlamento Centroamericano que Giammattei hipócritamente prometió disolver si era electo y en el que, sin duda, se irá a proteger al salir de la presidencia para asegurarse esa inmunidad que es descarado sinónimo de impunidad como se puede ver con el caso de Jimmy Morales y Jafeth Cabrera.
Obviamente Guatemala no está sola en el mundo y tiene aliados como Taiwán que ostentosamente financia el cabildeo que el gobierno hace en contra de la administración Biden en Estados Unidos, promoviéndose en medio de todos los trumpistas que fueron puntal en el desmantelamiento de la lucha contra la corrupción. Ya sabemos que la política exterior taiwanesa ha usado el soborno como instrumento para asegurar lealtad y los gobernantes de la región se han distinguido por recibir jugosas cantidades y ahora se llega al colmo del descaro con ese abierto pago para cubrir los gastos del mencionado cabildeo. Y en Europa también hay políticos que mantienen sueños de totalitarismo y que aplauden a regímenes despóticos que suprimen por completo el concepto de igualdad absoluta ante la ley.
No es resolución superficial ni de poca importancia la que nos coloca a la altura de Rusia y de Corea del Norte a ojos del Parlamento Europeo. Es algo que debe preocupar a la sociedad guatemalteca que parece no entender la enorme dimensión del deterioro que estamos sufriendo y que nos terminará afectando a todos porque no hay quien no necesite de la justicia imparcial y no manoseada por poderes oscuros que la ponen a su nefasto servicio.