POR MANUEL RODRÍGUEZ
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El presidente Otto Pérez Molina anunció recientemente que personal técnico calificado del Departamento de Estado de Estados Unidos, efectuará pruebas de polígrafo a funcionarios de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) para determinar su confiabilidad, en un intento por reestructurar la forma de operar de la entidad recaudadora de impuestos, luego de escándalos de corrupción en donde algunos de sus máximos dirigentes se han visto involucrados.
Al respecto, Ricardo Barrientos, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales –ICEFI-, manifestó que es una propuesta paliativa y de “maquillaje” pues en realidad tanto el Directorio como todo el personal de la SAT deberían ser sometidos a una investigación profunda, en la cual podría ayudar la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala en coordinación con el Ministerio Público.
Asimismo, dijo que este escenario se puede comparar con el sistema de nombramientos en otras instituciones del Estado, en donde se acostumbra a hacer un amplio y largo procedimiento para elegir a jefes y titulares supuestamente idóneos, pero que al final no resuelven nada y más bien lo que se necesitan son cambios profundos contra la corrupción.
Por su parte, Hugo Maúl, analista económico del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, afirmó que lo que hace falta es garantizar la independencia de la SAT de toda injerencia política a través de la reforma a la Ley Orgánica de la Superintendencia para eliminar la discrecionalidad con la que actúan sus empleados y así mejorar los niveles de recaudación de tributos.
El jefe interino de SAT, Elder Fuentes, informó que se han contratado a dos empresas para realizar pruebas de confiabilidad de 800 trabajadores de puestos administrativos. Fuentes indicó que se trata de pruebas aplicadas al timbre de voz que se suman a las de polígrafo ofrecidas por el Departamento de Estado de Estado Unidos a realizarse en altos funcionarios de la SAT.
