El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, advirtió este jueves que la guerra en Ucrania podría generar una «gran crisis» en América Latina, por lo que llamó a poner fin al conflicto, en una entrevista con la AFP.
«La invasión, contra del derecho internacional, genera obviamente muerte y dolor en Ucrania, pero también tiene el potencial de generar una gran crisis en América Latina», dijo Alvarado en París, durante una gira por España y Francia.
El jefe de Estado costarricense, que dejará el poder el 8 de mayo, subrayó el alza de los precios del combustible y de fertilizantes que puede hacer «impagable» cultivar alimentos o generar desempleo.
Si se opta por subsidiar los combustibles, por ejemplo, esto podría aumentar la presión sobre la deuda pública en países de la región, lo que podría «también acercarlos a una crisis», explicó.
En un contexto de salida de la pandemia de coronavirus, Alvarado recordó además al «malestar social» que registraron algunos países de América Latina en los últimos años «por desencadenantes distintos».
«Desde todo punto de vista es deseable que el conflicto termine»: «Está generando la muerte de personas en Ucrania, la muerte de soldados de ambos bandos, impactos en Europa pero también el mundo en vías de desarrollo lo está sufriendo», subrayó.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya advirtió que la invasión rusa de Ucrania provoca una onda expansiva que dispara el costo de alimentos y energía, con impactos «sustanciales en algunos casos».
El remezón es generalizado en una región que tiene una tasa de inflación promedio anual de 8%, con extremos de más de 50% en Argentina, más de 10% y en ascenso en Brasil, e hiperinflación endémica en Venezuela.
Durante su entrevista con la AFP, el presidente de Costa Rica también señaló el «deterioro democrático terrible» en la vecina Nicaragua y estimó que la comunidad internacional fue «categórica en señalarlo, aunque tal vez no tan insistente».
«Lo que le toca a la comunidad internacional es auspiciar (…) una solución de las y los nicaragüenses, es decir, que haya un diálogo y que haya una salida», dijo Alvarado, quien defendió sus acciones diplomáticas desde su llegada al poder en 2018.
«Hemos levantado la voz. Hemos buscado las formas en que no pierda vigencia la necesidad de tener muy presente la crítica situación de Nicaragua», estimó.