Flaminio Bonilla

post author

Flaminio  Bonilla Valdizón
flamabonilla@gmail.com

El   ostracismo es una   tragedia de todo tipo y las dificultades quienes se sufren   el destierro.   Ahora es la   historia    que vive Erika Aifán Dávila, esta mujer de   hierro, fiel creyente de la justicia, con sus pensamientos   y   sus principios de un país negativo, de lo políticos, económicos, sociales   y humano.   Hay muchos episodios de nuestra tierra   y América Latina, ahora está esta mujeraza   leal, con su virtud   y fidelidad, llena    de   ideales, una dama   honesta con su persistencia   y su perseverancia    para reclamar Justicia.   Ojalá   que  la  jueza  Aifán  no tenga un largo  exilio  y su represión descarada de este gobierno  corrupto, la jueza estará      por  su   penoso  peregrinaje desde   otro  país,  pero  sabemos   que  tiene    fortaleza   para  penetrar   en  la  conciencia   del    pueblos   y como siempre  lo  ha hecho   con  optimismo    en  la   búsqueda  para   lograr     una  vida  mejor  con  su   familia   por  la decisión     firme   de   batir  el  yugo   de la injusticia  de este  país  de  porquería.    Esperemos para   encontrar en un futuro   a   su paso   y que   sea posible    volver a su patria.    Como pasaron operadores de Justicia que están en el exilio por amenazas, presiones   y hostigamiento: Thelma Aldana, Claudia Paz y Paz, Claudia Escobar Mejía, Juan Francisco Sandoval, Oscar   Schaad Pérez; y ahora suspendido el juez Pablo Xitumul de Paz por no gozar de antejuicio y tener una investigación en su contra como dijeron   algunos   magistrados corruptos de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ¿y ahora quien le toca?  ¿al Juez Miguel Ángel Gálvez?

En varias de mis columnas dije que debemos reconocer a   esta mujer a nivel mundial con valor y liderazgo en la defensa de la paz, la justicia y los derechos humanos. Una mujer valiente, estudiosa, una pensadora intelectual, que siempre ha participado del nacimiento de una sociedad redimida, justa, cristiana, humana y solidaria. Esta Jueza temeraria, revolucionaria, democrática, consecuente y propositiva; con temple y resuelta, con osadía y audacia.    Una Jueza que tiene su palabra, que tiene un gran   ejemplo, de convicciones exactas y futuros.

Es una mujer con mucho reconocimiento que es una forma de manifestar su apoyo a las acciones de Erika Aifán a favor de la independencia de la justicia.   Con otro reconocimiento que Estados Unidos le otorgó el premio de “Mujer Coraje”, por su valentía y la consideran un “icono” de la justicia en Guatemala.    Es una mujer   completa, brillante y relumbrante, que tiene confianza, que está siempre recorriendo senderos de alborada, que es luminoso   de su presencia   en   la justicia.     Está    mujer    con valentía   y   agallas, que nunca   han   conseguido ser callada, pero ahora la callaron los malditos políticos   por tanta corrupción e impunidad, ministros   de estado, altos   funcionarios de gobierno, diputados    vende-patrias; la conservadora oligarquía   criolla, jueces    y   magistrados venales que pisotean el Derecho   y los poderes    fácticos al lado del CACIF   y algunos militares del Ejército Nacional.  Hoy es atinado este fragmento del poema: “Vamos patria a caminar”, este bardo   revolucionario, Otto René Castillo: “¿por qué nacieron   hijos   tan   viles de madre cariñosa?

Esta jueza que encontramos para reclamar Justicia.     Para esta mujer   y jueza    mil y mil aplausos: Erika Afán, que siempre estará en la historia y en la   memoria colectiva, que es parte la conciencia, como mujer y jueza, no estará permanente sin ser silenciadas, porque es la comprensión, reconocimiento y percepción de todos nosotros.  Es su razón de la lucha para no estar, en la violación con este sistema para tener siempre los derechos humanos, sociales, la cultura y la justicia. Y en el futuro su legado de su historia, que es una mujer inspiradora e influyente, una líder y activista por los derechos humanos y de la paz.     “Mi vida ha estado enteramente dedicada al propósito de contribuir a que en Guatemala sea posible vivir la justicia.”  (Erika Aifán Dávila)

Mi columna está de luto por la justicia, pero siempre   con una mujer de ejemplo y de éxito, refulgente, brillante, de la   verdad y la justicia. Y es atinado cerrar con esta máxima   anónima: “Para   justicia alcanzar   tres   cosas   son   menester:  tenerla, darla     a     entender    y     que    te   la quieren   dar.”

Artículo anteriorNo es delito
Artículo siguienteCampo minado