La Unión Europea acordó el miércoles imponer sanciones al ministro de Defensa ruso, a un asesor del presidente Vladimir Putin y a cientos de legisladores rusos que votaron a favor de reconocer como independientes a regiones separatistas de Ucrania.
Las sanciones —básicamente congelamiento de bienes y prohibición de entrar al bloque de 27 países miembros— son los primeros de varios pasos que serán tomados como represalia en caso de que Putin decida introducir tropas más adentro del territorio ucraniano. Entrarán en vigor durante el miércoles.
Putin firmó un decreto que considera como independientes a las regiones de Donetsk y Luhansk y a todas luces dirige la campaña rusa contra Ucrania, pero no está en la lista de sanciones pese a que las medidas van dirigidas contra «individuos involucrados en esta decisión ilegal».
Entre los sancionados está el ministro ruso de Defensa Sergei Shoigu y el jefe de despacho de Putin, Anton Vaino, según la lista vista por The Associated Press.
La UE señaló que «bajo el mando y las órdenes de Shoigu, las tropas rusas han realizado maniobras militares en la Crimea ilegalmente anexada y han sido colocadas en la frontera. Él es el responsable de cualquier acción militar contra Ucrania».
Vaino «desempeñó un rol activo en la toma de decisiones del Kremlin al ser parte del ‘Consejo de Seguridad’ y al participar en la toma de decisiones por parte del presidente en los campos de la defensa y de la seguridad nacional de Rusia».
También están sancionados el comandante de la Marina, Nikolay Yevmenov, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova así como la directora del canal RT, Margarita Simonyan. Estos dos últimos son considerados «figuras centrales de la propaganda del gobierno».
«La UE extenderá medidas restrictivas a los 351 miembros de la Duma Estatal de Rusia que el 15 de febrero votaron a favor de pedir al presidente Putin que reconozca como independientes las autoproclamadas ‘repúblicas’ de Donetsk y Luhansk», indicó la UE.
Las medidas afectan también a bancos que financian a las fuerzas armadas rusas. Buscan cortar el acceso de Rusia a los mercados financieros y de capitales de la UE, y prohíben todo comercio con las dos regiones, para que «los responsables sientan claramente las consecuencias económicas de sus acciones ilegales y agresivas».
El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, declaró que las sanciones «golpearán a Rusia y le golpearán con fuerza».
Pero Pyotr Tolstoy, vicepresidente de la cámara baja del Parlamento ruso, desestimó las medidas y advirtió que Rusia tomaría represalias.
Las medidas se suman a una serie de sanciones económicas y de otro tipo impuestas a Rusia desde que anexó la península ucraniana de Crimea en 2014, incluidos pasos para obligar a Moscú a cumplir con el acuerdo de paz de Minsk de 2015, que puso fin a las principales hostilidades en el este de Ucrania, pero ahora parece ser superado por los acontecimientos.
Esas sanciones ya se dirigieron a los sectores financiero, energético y de defensa de Rusia, así como a los bienes que pueden usarse tanto para fines civiles como militares.