Como a su bicicleta, ni la nieve detiene a Gustavo Ajché para destacar en NY

Ni el frío o el calor han impedido que el guatemalteco Gustavo Ajché, originario de Totonicapán, se destaque entre los migrantes en Nueva York, en su caso por su trabajo de repartidor en bicicleta que ha permitido aportar a su familia con remesas. Además, cumple una función esencial, pues se ha convertido en una figura importante en la lucha por exponer los derechos de los repartidores de comida en Estados Unidos.

Con apenas los ojos descubiertos, Gustavo publicó un tuit en inglés, a finales de enero y mencionó que estaba listo para servir a los neoyorquinos, en momentos que una fuerte tormenta de nieve azotaba la ciudad.

“Por favor sean generosos porque en climas como el de hoy nuestras bicicletas se dañan. Gracias Dios bendiga a Nueva York”, afirmó en la publicación difundida desde la red social de Twitter.

La Hora conversó con el guatemalteco quien contó que siempre tuvo la intención de compartir su historia en Guatemala, pues ha tenido la oportunidad de conversar con medios, pero de Estados Unidos.

“He luchado acá y tengo muchos años en Nueva York y pues como vistes, siempre he estado en otros medios, manejo páginas de Facebook, pero la gente me conoce como activista, estoy de lleno en esto. Trabajo en la construcción pero también en el reparto de comida en plataformas”, comentó.

LOS REPARTIDORES JUEGAN UN PAPEL ESENCIAL

Gustavo trabaja para plataformas de entrega de comida y en 2020, empezó a impulsar un movimiento fuerte para el respeto de los derechos laborales de los repartidores, porque esta es una labor que conlleva muchos retos, “durante la pandemia se puso complicada la situación y el repartidor juega un papel esencial”, recordó.

En principio, logró un acercamiento con el Proyecto de Justicia Laboral.

Agregó que en 2004 llegó a Estados Unidos, pero primero trabajó en un hotel en donde sintió el deseo de sobresalir, “era conserje… era mi trabajo y luego me encargaba de mover maletas”, detalló.

Al migrar, se empezó a esforzar mucho, además sabía que su familia era lo más importante.

En los últimos años, fue su trabajo el que le permitió a muchas personas recibir sus alimentos, y aunque es una labor difícil, eso lo ha hecho sentirse satisfecho, “también repartía despensas y trabajaba en muchas cosas”, remarcó.

LOS DESTACAN EN MEDIOS INTERNACIONALES

Ese trabajo por la comunidad es el que ha llevado al guatemalteco a figurar en grandes medios de comunicación exponiendo la importancia de la labor que realizan. También destaca que en Nueva York, son miles de guatemaltecos los que trabajan en ese campo.

“Se logró que la ciudad pasará un paquete legislativo de seis leyes a favor de miles de inmigrantes, además que la mayoría que hacen el trabajo de reparto son gente de México, Guatemala y otros”, mencionó.

 

SOBRESALIENDO COMO CHAPINES

Como guatemalteco, siempre tiene presentes sus raíces cuando ve el lugar que ocupa y con el tiempo él también ha logrado vencer el miedo que le impedía buscar nuevas metas, “siempre trato de recordar de dónde soy, cuando me textearon dije por fin un medio chapín”, resaltó.

Gustavo tiene razones para luchar, sus dos hijos que están estudiando en la universidad y a quienes ha apoyado desde que salió de Guatemala, “aquí estamos como chapines sobresaliendo”, reiteró.

UN TRABAJO DIFÍCIL

El entrevistado menciona en la conversación realizada en su día libre, que siempre tiene presentes los recuerdos de Guatemala, y por supuesto sueña con retornar a su lugar de origen en Totonicapán, aunque creció en la zona 12.

Uno de los anhelos por lo que deseaba ser entrevistado, es porque su madre en muchas oportunidades quería que lo destacaran. Ella falleció recientemente, pero este espacio es algo que ella anhelaba ver.

“Ella siempre estaba al pendiente de donde podía salir, pero en Guatemala no había sido posible. Me hubiese gustado que hubiera pasado mientras ella estaba”, puntualizó.

LA LUCHA SIGUE

Ser repartidor, para Gustavo es una labor muy difícil, porque están expuestos a muchos aspectos, entre los peligros, accidentes e incluso la inclemencia del tiempo, pero durante los últimos años han continuado laborando, mientras muchos tenían oportunidad de quedarse en casa.

“Yo hago esto no por dinero, pero sí para que las personas tengan conciencia de las formas de reparto y porque se ha abusado”, reiteró.

La lucha de Gustavo ha sido reflejada en varios medios de comunicación, mientras asegura que esa determinación continúa.