Fernando Mollinedo C.
La semana que recién pasó, fue trágica como las anteriores; la pérdida de vidas humanas por diferentes motivos sigue su rumbo imparable. No es que responsabilicemos del todo a las autoridades encargadas de la protección ciudadana, porque no pueden estar en la escena de los crímenes que se realizan sin aviso previo y en cualquier lugar.
Pero sí es posible reforzar las acciones de prevención en todo sentido, ese es uno de los pilares de la seguridad, prevenir para no lamentar y aunque parezca muy romántico pensar en ello debemos decir que si es posible en todas las acciones de la vida y de las autoridades gubernamentales. Sí dentro del sistema de autoridad gubernamental están infiltradas las personas que obstaculizan el desempeño y desarrollo de actividades de prevención a las que me refiero, pues casi nada puede hacerse al respecto.
Más allá de profundizar la efectividad o viabilidad de las diferentes propuestas que la población ha requerido del gobierno para que sean políticas públicas, considero que es un tema medular en nuestra vida diaria y por eso debe atenderse de manera urgente en los temas y actividades diarias de quienes están expuestos a la comisión de actos ilícitos por la delincuencia común, la organizada, la desorganizada, la gubernamental y la que realiza también la oligarquía nacional e internacional en detrimento del patrimonio de la Nación.
Para los que no muy entienden, no se está requiriendo servicio personalizado de guardaespaldas, no. Se pide a las autoridades que inviertan y trabajen en el rubro de la PREVENCIÓN DEL DELITO en todos los organismos del Estado, es decir en todos los ministerios y dependencias de los organismos ejecutivo, legislativo y judicial; circunstancia que podría devolver un poco de confianza en el actual régimen. Aún le queda tiempo al gobierno para que, por lo menos, deje las bases de una reconstrucción moral de la burocracia gubernamental.
Según las noticias de los medios de comunicación, se cometen entre 17 y 20 asesinatos diarios, incontables accidentes de tránsito urbano y rural, desfalcos a las entidades gubernamentales, contrataciones onerosas para el Estado, robo “hormiga” en las entidades de salud, omisión del cumplimiento de requisitos para la extender licencias para la industria extractiva, compras sobrevaloradas de bienes para servicio público, contratación de empresas procesadas por desfalcos al mismo Estado y un sinfín de actos ilícitos en colusión con empresas y personajes del sector privado.
Los ciudadanos exigen políticas públicas que resuelvan sus problemas del día a día, pues el alto riesgo que implica usar el transporte público, caminar por las calles a cualquier hora del día, circular en vehículo y ser asaltado por moto ladrones, así como el asalto al erario nacional cometidos por funcionarios y empleados de los tres organismos del Estado. Entiendo que es difícil, pero no imposible, dedicar fondos a esta campaña de prevención del delito, así, el gobierno podría “lavarse la cara” un poco ante la percepción popular de incapacidad y desgobierno.