Aajel naq eb’ li awab’ej tenamit te xjayali ak’ ut chab’il na’leb’*
Álvaro Pop
América Latina sufrió un impacto significativo del Covid19.
21 países. 667 millones de personas.
Especialmente mujeres y pueblos indígenas.
No solamente se trata de la cantidad de muertes, se trata de la disminución sustantiva de los servicios de salud, educación y administración de justicia que traerán impactos importantes en los próximos años y sufrieron un retroceso en lo realizado después de la generación de reformas constitucionales en las últimas dos décadas del siglo pasado.
Se trata del fracaso del proyecto de Estado – Nación.
El cambio climático; la falta de atención en la agricultura, las tierras ancestrales y el comercio rural; la explotación laboral, la desatención de la educación y el empleo (entre otras) han aumentado las brechas de desigualdad y la migración.
2022 es un año que trae consigo la urgente necesidad de diálogos plurales para la creación de nuevos contratos sociales en las naciones del continente como lo diría el presidente de Costa Rica. Esta es una oportunidad histórica para cambiar el rumbo del futuro y preparar a las futuras generaciones ante los riegos inevitables del clima, de la convivencia intercultural; la generación de un nuevo modelo energético; creación de riqueza; combatir la corrupción; motivar la inversión rural; superar el modelo clientelar de la democracia; transformar las capacidades institucionales para tener mejores coberturas sociales, tecnológicas, territoriales y el aprovechamiento de las remesas. Para ello es absolutamente inevitable evaluar nuevas medidas fiscales que permitan tener mejores condiciones financieras de inversión social. Y no olvidar que existe un compromiso con los ODS 2030.
Una democracia participativa y legalmente revisada a partir de condiciones de ciudadanía solida; el rescate de capacidades de debate parlamentario de los congresos, más allá de ser simples consortes de los organismos ejecutivos; la construcción de espacios de diálogo político que fortalezcan las decisiones legislativas y ejecutivas ayudando a los partidos políticos a ser instancias de representación y construcción de liderazgos.
2022 inicia la Década Internacional de las Lenguas Indígenas del mundo. El fracaso del Estado tiene entre varias razones su incapacidad de reconocerse multicultural y funcionar de manera intercultural. El paso determinante es el idioma. La creación institucional y aumento sustantivo de recursos para este fin debe ser la meta a mediano plazo.
América Latina necesita una revisión de sus manuales de operaciones militares, sus estructuras y sus propósitos. El papel de las fuerzas armadas ante los nuevos escenarios nacionales e internacionales necesita alimentarse con cambios que reconozcan la evolución de los derechos humanos, su papel dentro de las capacidades ejecutivas y el combate de las nuevas amenazas a la sociedad multicultural.
América Latina debe consolidarse como región. Tener un dialogo a partir de la articulación de sus necesidades y potencialidades para ver hacia el resto del mundo. Reconocerse diversa, ver desde allí su fuerza y su futuro como Andina, Amazónica, del Cono Sur, Centroamérica y el Caribe. Necesitamos una nueva generación de presidentes con visiones renovadas y positivas*.