MSc. Mario Alfredo Alvarado Vela
USAC-Escuela de Historia.
Nuestro país es una amalgama de expresiones de religiosidad y piedad popular que se viven todos los días en cada una de las regiones de esta tierra y es así como se perduran estas tradiciones a lo largo del año en concordancia con las consejas que se transmiten de generación en generación.
En este contexto el presente texto busca matizar cuatro de esas tradiciones que se realizan en el país y que se documentan algunas conocidas por las actuales generaciones y otras poco conocidas pero que perviven en el ideario de la sociedad.
I Sentar y Vestir al Niño Dios:
Una de las tradiciones que se rememoran cada 31 de diciembre consiste en vestir y sentar al niño Dios del nacimiento para con ello poder recibir el nuevo año al lado del nacimiento pero con el divino infante en sus mejores galas. Esta costumbre al menos ya se encuentra ubicada desde el siglo XIX y sigue perdurando en la actualidad. Es por ello que podemos apreciar en las ventas navideñas que se colocan en los barrios de la ciudad que al lado de los objetos propios de la época se colocan los tradicionales vestidos para el niño Dios que son prendas confeccionadas en telas populares pero que tienen alta demanda pues cada año se acostumbra en muchos hogares que el santo niño estrene prendas nuevas y con ello recibir el nuevo año con la bendición del Altísimo.
II Las doce velas de año nuevo:
Una de las tradiciones de fin de año que se tienen en el área de occidente del país y que está casi desapareciendo consiste en colocar en la noche del 31 de diciembre frente al nacimiento doce candelas blancas que se ofrecen al niño Dios. Estas se dejaran por el resto de la noche y cada primer día del mes se procederá a encender una a una hasta llegar al próximo diciembre al día de hoy son pocos los hogares que aún tienen esa costumbre heredada de antaño y que buscaba encomendar a la protección del creador el año que se comenzaba. En este contexto en occidente el autor de estas líneas así como en algunos de los viejos barrios de la ciudad de Guatemala y cabeceras del país se sigue con esta antañona tradición.
III La visita al Santísimo el 1 de enero y las monedas en la Catedral:
En este contexto tenemos estas tradiciones que se remontan en el caso de las monedas de catedral a finales del siglo XIX y comienzos del XX que las personas asisten el primer día del año a la sede del arzobispado de Santiago de Guatemala a comprar antes era centavos ahora monedas de 5 las cuales vienen en bolsitas con 3 monedas para pedir que nunca falte el sustento y la bendición de Dios en los hogares de los creyentes esta costumbre de las monedas aun perdura hasta nuestros días y es parte del ideario del guatemalteco.
En este mismo contexto tenemos que desde el año 1734 el jubileo circular inicia y finaliza cada año en la catedral de la ciudad por lo cual asisten también las personas a visitar al santísimo expuesto y con ello iniciar también en muchos casos es la devoción de las 31 visitas al santísimo a lo largo del mes de enero esta tradición aún perdura en personas de edad avanzada.
IV Las siete velas a San Judas Tadeo:
Una tradición de reciente aparición y que está ligada a la devoción a San Judas Tadeo que surge a finales del siglo pasado y comienzos de este consiste en que cada tarde del 31 de diciembre los devotos del santo de las causas perdidas proceden a colocar delante de un cuadro o imagen del santo de las causas perdidas siete velas para que estén en el ocaso del ultimo día del año y en el comienzo del nuevo año.
Estas velas son de los siguientes colores y tienen un significado que este servidor ha logrado ubicar en entrevistas con varios devotos de San Judas Tadeo que habitan en los viejos barrios de la ciudad de Guatemala.
Azul para el trabajo, verde para la abundancia, rojo para el amor, rosado para salud, amarillo para protección, celeste para entendimiento y blanco para los niños.
Lo anterior es ya parte de un ritual que de apoco se está empleando y generando un espacio en el ideario del guatemalteco devoto.