Un total del 61 personas que llegaron a Holanda en dos vuelos procedentes de Sudáfrica el viernes dieron positivo al COVID-19 y estaban aisladas el sábado, mientras el mundo busca contener la propagación de una nueva variante más transmisible del coronavirus.
Los pasajeros, que llegaron al aeropuerto Schipol de Ámsterdam, están pasando más pruebas para determinar si alguno está contagiado con la nueva variante ómicron, detectada por primera vez en Sudáfrica.
La rápida propagación del virus entre los jóvenes sudafricanos ha alarmado a los profesionales de la salud. En apenas dos semanas, la ómicron ha hecho que Sudáfrica deje atrás un periodo de baja transmisión para pasar a otro de rápido aumento de los nuevos casos confirmados.
Dos aviones aterrizaron en Holanda desde Johannesburgo y Ciudad del Cabo poco después de que el gobierno holandés, como otros en el resto del mundo, vetó el viernes los vuelos procedentes del sur del continente africano tras el descubrimiento de la nueva variante.
Las autoridad sanitaria de Kennermerland, responsable de las pruebas de detección del virus y de las cuarentenas, dijo el sábado que quienes dieron positivos deben estar aislados por siete días si tienen síntomas y cinco si son asintomáticos.
Los 539 pasajeros que arrojaron negativo al COVID-19 pudieron regresar a sus casas o seguir sus viajes a otros país. Según las normativa holandesa, los residentes que puedan regresar deben guardar cuarentena durante al menos cinco días.