Los negociadores que participan en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Glasgow, Escocia, parecían dar marcha atrás en su pedido de acabar con el uso de carbón y de eliminar por completo con los subsidios a los combustibles fósiles.
El último borrador de propuesta de la presidencia de la COP26, publicado hoy, insta a los países a acelerar «la eliminación progresiva de la energía del carbón y de los ineficientes subsidios a los combustibles fósiles».
En una versión previa el miércoles se pedía a las naciones «acelerar la eliminación del carbón y de los subsidios a los combustibles fósiles».
Aunque es probable que la propuesta de la presidencia se someta a más negociaciones en la cumbre, que termina oficialmente el viernes, el cambio en el lenguaje utilizado sugiere un alejamiento de las demandas incondicionales a las que se han opuesto algunas naciones exportadoras de combustibles fósiles.
La cuestión de cómo abordar el uso continuado de los combustibles fósiles, que son los responsables de gran parte del calentamiento global, ha sido uno de los puntos de fricción en las dos semanas de diálogo.
Los científicos están de acuerdo en que es necesario frenar su utilización lo antes posible para cumplir el objetivo del acuerdo del clima de París de 2015 de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius (2,7 Fahrenheit), con respecto a la era preindustrial. Pero incluir explícitamente un llamado de ese tipo en la declaración final es un asunto políticamente sensible, incluso para países como Arabia Saudí, que temen que el petróleo y el gas puedan ser los próximos en el punto de mira.
Otro tema vital son las ayudas financieras para que los países pobres hagan frente al cambio climático. Las naciones adineradas no han aportado los 100.000 millones de dólares anuales prometidos para 2020, lo que ha causado enojo al inicio de la COP26.
El último borrador refleja esas preocupaciones al expresar su «profundo pesar» porque no se haya alcanzado el objetivo de los 100.000 millones, y pide a los países ricos que incrementen sus aportaciones.
Los negociadores de casi 200 países se reúnen en Glasgow desde el 31 de octubre ante las severas advertencias de líderes, activistas y científicos de que no se está haciendo lo suficiente para frenar el calentamiento global.
De acuerdo con la propuesta de resolución, los países tienen previsto expresar «alarma y máxima preocupación» porque la actividad humana haya causado ya un incremento de la temperatura de alrededor de 1,1C (2F) y por «los impactos que ya se están notando en todas las regiones».
Aunque el acuerdo de París pide limitar la temperatura «bastante por debajo» de los 2C (3,6F) — idealmente a no más de 1,5C — para final de siglo, el borrador del viernes destaca que el umbral más bajo «reduciría significativamente los riesgos e impactos del cambio climático» y decide apuntar a ese objetivo.
Para lograrlo, se pide al mundo que reduzca las emisiones de dióxido de carbono en un 45% en 2030 frente a los niveles de 2010, y a no añadir más CO2 a la atmósfera a mediados de siglo.
Si no se logra un acuerdo oficial el viernes, es probable que la cumbre se prolongue.