@lahoragt ¿Cuál es la situación de las menores que abandonaron el proceso en el Hogar Zafiro I? Conoce más sobre la situación en lahora.gt #NiñezGT #Guatemala ♬ sonido original – lahoragt
Ha transcurrido casi un mes y medio desde que 17 adolescentes abandonaron el proceso de institucionalización del Hogar Zafiro I. Desde principios de octubre se activó la alerta Alba-Kenneth para localizar a cada una de las menores y hasta la fecha la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS) ha reportado el retorno de algunas jóvenes a sus viviendas, la permanencia de otras en el hogar o con un paradero todavía desconocido.
El 1 de octubre fueron activadas 13 alertas Alba-Kenneth de adolescentes entre los 14 y 17 años, todas en la zona 1 capitalina. Las menores eran protegidas por el Estado de Guatemala en el Hogar Zafiro I, residencia se la SBS que luego fue reubicada. Tres días después, durante una mudanza, 4 niñas más abandonaron el proceso, sumando 17 con alerta Alba-Kenneth.
EL RETORNO DE NIÑAS AL HOGAR
Dos niñas regresaron a la residencia luego de permanecer tres días con Alerta-Kenneth activada, según detalló Carlos Gómez, subsecretario de protección y acogimiento a la niñez. A criterio del funcionario, posiblemente las jóvenes, al exponerse ante los peligros de la calle, notaron que tenían una mejor protección dentro del hogar. “Al salir quizá se dieron cuenta que estaban mejor aquí”, dijo.
Si bien existen varios factores que pudieron influir en el abandono de las adolescentes, Carlos Gómez sostuvo que la pandemia y el sentimiento de afección a sus familias fueron los principales condicionantes. El subsecretario logró dialogar con una de las chicas que regresó voluntariamente al Hogar, ella manifestó que quería reencontrarse con su mamá.
“Lo que sucede es que quiero estar con mi mamá”, le dijo. La joven continuó describiendo que fue echada de su casa luego de irse por unos días a la casa de la abuela de su novio por dos o tres días. “¿Y tu papá?”, le preguntó Carlos Gómez; “él vive en Estados Unidos”, respondió la chica.
El 6 de octubre el Hogar Zafiro I fue trasladado hacia un nuevo paradero. La nueva casa es más amplia, con cuartos más grandes para las menores. “El simple hecho de cambiar de residencia ayudó un montón. Ese mismo día hicimos como una reunión de reflexión en la cual ellas agradecían que se les había dado un espacio más amplio para realizar sus actividades, con dormitorios más amplios”, detalló el subsecretario.
Este fue el segundo caso en los últimos dos años en que adolescentes abandonaron su proceso de institucionalización, por lo cual el hogar optó por realizar actividades lúdicas y recreativas y así evitar que puedan desesperarse en la casa. “Nosotros lo que hicimos fue cambiar un poco el modelo que tenemos con Zafiro I, en el sentido de fortalecer más las actividades manuales, lúdicas. Estamos por readecuar un espacio para poder desarrollar actividades deportivas y pusimos a dos psicólogas para darles la atención a las adolescentes”, agregó Gómez.
Entre estas actividades se realizan talleres de manualidades, panadería, elaboración de muñecas, por ejemplo. Gómez contó que recientemente cuatro adolescentes cumplieron 15 años y se les celebró con una pequeña fiesta en la residencia. “Al momento estamos bastante bien en cuanto a su estabilización. Cuatro de las chicas recientemente celebraron sus 15 años; fue muy agradable entre las niñas y el personal, llevaron pastel y pizza”, indicó.
Los audiovisuales y fotografías de las actividades no pudieron ser compartidas debido a que figuraban los rostros de las adolescentes protegidas por el Estado.
LA VACUNACIÓN ES UN TRÁMITE COMPLICADO
Con la permanencia de la pandemia, una garantía necesaria para la niñez y adolescencia guatemalteca es la inmunización contra el COVID-19. Un adolescente entre los 12 y 17 años puede recibir la vacuna Pfizer en Guatemala, para ello es necesario contar con su Código Único de Identificación (CUI) y el aval de un tutor, madre o padre.
La Secretaría de Bienestar Social no tiene facultades como tutor de las menores, por lo cual su inmunización no puede ser inmediata. Este proceso debe ser autorizado por un juez competente, aunque la secretaría especificó que se han solicitado las autorizaciones para vacunar a las menores, pero mientras ello suceda, solo se pueden mantener los protocolos de bioseguridad para evitar los contagios.
En general, el sistema de resguardo de menores cuenta con un bajo índice de contagios. Según Comunicación Social de la secretaría, cerca de 60 jóvenes se han contagiado de la enfermedad, la mayoría asintomáticos. El sistema contiene más de 600 niños, niñas y adolescentes.
OTRAS HAN REGRESADO CON SUS FAMILIAS O SIGUEN DESAPARECIDAS
Hasta el 8 de noviembre, el subsecretario Gómez informó que 9 de las adolescentes que abandonaron el proceso fueron reintegradas a un recurso familiar idóneo. El proceso fue agilizado, pues algunas audiencias para estos casos habían sido retrasadas durante la pandemia.
Para que una menor sea reintegrada con su familia se necesita verificar que estén bajo un entorno que proporcione las garantías esenciales para vivir, como alimentación, vestuario, educación y salud. Además, debe existir la voluntad de la familia para acoger a la adolescente.
Mientras tanto, la última actualización brindada por el subsecretario refiere que 6 menores continúan con alerta Alba-Kenneth activada, es decir con un paradero todavía desconocido.
¿POR QUÉ ESCAPARON?
Gómez razonó que el confinamiento fue un detonante para las jóvenes que deseaban vivir en libertad y salir. Se le conoce como adolescentes institucionalizadas a aquellas que por orden de un juez llegan a las residencias de la SBS, cuyo rol es brindarle las facilidades para que puedan sentirse como en un verdadero hogar. “Una vez que ellas deciden ya no estar allí, abandonan proceso y es lo que sucedió en esa residencia”.
Cuando se presentó un caso de contagio de COVID-19 las 32 adolescentes del lugar fueron sometidas a un protocolo más riguroso de cuarentena, lo cual restringió su movilidad y actividades. “Llevaban casi que 13 días desde que se dio un caso positivo aquí en la residencia y por protocolos estuvieron en cuarentena. Ellas ya habían salido, acuérdese que son adolescentes de 14 y 17 años, entonces eso generó estrés en las chicas”, describió Gómez.
Por otro lado, el coronavirus ralentizó las audiencias programadas para las adolescentes. En este proceso un juez determinaría si podrían regresar con un recurso familiar idóneo o no. Los retrasos en sus casos pueden ser causados por varios factores, explicó la SBS, suelen ser por muchas y diferentes causas, desde recalendarización por el COVID-19 a familias desinteresadas en solventar su situación. “Ellas quisieran que fueran mucho más ágiles para regresar con sus familias o su recurso familiar”, agregó Gómez.
Actualmente se continúa con un proceso de diálogo y atención psicológica para determinar otras razones por las cuales las menores decidieron escapar. “Ahorita estamos en la etapa de atención psicológica. Las psicólogas están trabajando con ellas y también con el personal; aún no hemos establecido las causas y las razones por las que abandonaron”, informó el funcionario.
EL SEGUNDO CASO EN EL 2021
Varias niñas escalaron al techo del Hogar Zafiro I el 17 de febrero de 2021. El evento fue notado inmediatamente por vecinos, quienes alertaron a las autoridades. Normalmente las comunidades cercanas a un hogar seguro prejuzgan a los menores protegidos como delincuentes, pero las jóvenes solo querían “ser libres” y reunirse con sus familias.
Varios minutos después que las adolescentes subieran al techo de la residencia, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y funcionarios de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) se presentaron en un intento por conversar con las chicas. Desde lo alto expresaban su rechazo al diálogo y exigían el retiro de la policía.
Minutos más tarde se avecinó el diputado Aldo Dávila a la escena, encuentro que quedó plasmado en una transmisión en vivo en Facebook. “Patojas, buenas tardes, soy el diputado Aldo Dávila; ya me dijeron los señores que no quieren platicar con ellos; platiquen conmigo”, gritó el congresista a las adolescentes en el techo.
Dávila subió al techo con las niñas, explicándoles que trasladaría sus exigencias a las autoridades competentes. El audiovisual muestra al diputado en el techo mientras hablaba con tres adolescentes, las tres concordaban en que el ambiente de la residencia no se comparaba con el de sus antiguos hogares familiares.
“Hay días que nos den una comida perfecta como la que tenemos en nuestras casas. Ese poco de champú no nos alcanza ni para lavarnos el pelo pues”, expresó una de las jóvenes.
Otra chica, que habitaba en la residencia desde el 2018 le comentó al diputado que desde hace tiempo solicitaba al juez el retorno con su familia, lo cual aún no había sido permitido. “Yo estoy desde 2018, llevo cuatro años y mire yo le digo al juez que ya me dejen ir para empezar de cero (…); además, aunque hubieran tratado bien, igual yo me hubiera fugado porque no es lo mismo que estar con la familia”, manifestó.
“Este es el segundo caso que hemos tenido en dos años”, comentó Gómez y describió que los abandonos de procesos se han reducido un 67%; además, sostuvo que la única residencia en el sistema donde se han reportado incidentes de este tipo es en este hogar estatal. En seguimiento a este caso se interpusieron denuncias ante el Ministerio Público (MP) y la PDH, ya que se logró determinar la manipulación de personal de la SBS para que las niñas escaparan.
ADOLESCENTES INSTITUCIONALIZADAS SON ESTIGMATIZADAS
Existen varios motivos por los cuales las menores pueden llegar a una casa hogar del Estado. Dentro de este sistema existen perfiles de maltrato en sus manifestaciones: física, psicológica y verbal; adolescentes de trata, violencia sexual y consumo de sustancias psicoactivas; además de chicas con indicios de pertenecer a grupos antagónicos. En menor cantidad se tiene una población con algún tipo de discapacidad.
A excepción de este último grupo, Gómez explicó que generalmente quien pone a disposición del Estado a las menores son los familiares. “Dicen: ‘mire, tengo problemas o no puedo con esta adolescente’; ahí es cuando el Estado las acoge. Peor si es por maltrato, el entorno donde están es violento y no se las puede trasladar”, expuso.
Debido al perfil de las adolescentes, en muchas ocasiones se les califica con estereotipos y se les rechaza por su condición. En casos más drásticos, las comunidades aledañas a las residencias impiden que las menores puedan permanecer en ese entorno, como el caso del Hogar Diamante I, cuyo traslado fue impedido por el alcalde de Mixco, Neto Bran.
En julio de 2021 la Secretaría de Bienestar Social tenía prevista la mudanza de un espacio pequeño de la zona 12 capitalina, sin las características demandadas por ley, hacia un espacio más favorable en la zona 8 de Mixco, San Cristóbal. Se estimaban 26 adolescentes víctimas de explotación o en riesgo de calle, de 13 a 17 años, varios eran mixqueños; sin embargo, el jefe edil calificó erróneamente al hogar como una correccional.
“Nosotros íbamos a trasladarnos a una nueva residencia y se nos armó un gran problema porque el alcalde Bran indicó que eran adolescentes de una correccional. Mire qué problema tuvimos, en dos días nos íbamos a pasar”, lamentó el subsecretario Gómez.
La Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia no cuenta con instalaciones propias para crear hogares seguros, por el contrario, son arrendados. “El año pasado logramos cambiar 4 ambientes”, remarcó Gómez.
Estos percances no solo afectan la movilización de niñas, niños y adolescentes a una comunidad adecuada, también dificulta aún más su reinserción a la sociedad al momento de cumplir la mayoría de edad.
Por ley, las niñas, niños y adolescentes protegidos por la SBS pueden permanecer en las residencias hasta cumplir la mayoría de edad. Lo que se pretende es ayudar a su formación durante sus años en las residencias. Al cumplir 18 años, los nuevos ciudadanos deben tener los elementos necesarios para incorporarse a la vida laboral, pero no en todos los casos las condiciones favorecen a estas personas.