Juan Antonio Mazariegos

jamazar@alegalis.com

Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos

La tarde del miércoles, de la semana laboral que hoy concluye, el voceador de este vespertino, coincidió casualmente conmigo en la recepción de mi oficina, daba la noticia de que este 12 de noviembre circularía por última vez la edición impresa de La Hora, medio que me ha dado la oportunidad de expresarme, compartir o discrepar con las personas, en un ejercicio que considero de mucho aprendizaje para mí y que ojalá le sirva a alguien cuando menos para ponerse a pensar un momento o de pronto le distraiga, de un mundo en donde las experiencias y las emociones substituyeron hace tiempo a las ideas o a la contraposición de las mismas.

Disentir, es básicamente no estar de acuerdo con otro y hay muchas formas y razones por las cuales disentir. Seguro hay quien disiente por pasión, como cuando se apoya ciegamente a su equipo de fútbol favorito y no puede haber otro mejor; hay quien disiente por principios, como cuando defendemos una posición ante lo que consideramos un abuso o una arbitrariedad; y también hay quien disiente por el gusto de disentir, como cuando nos gusta llevar la contraria, sin más razón que por el placer de causar una polémica o buscar la confrontación.

Quizás disentir, pueda ser el verbo que para el imaginario de la mayoría de las personas, mejor represente a La Hora. Por supuesto, es un derecho disentir, la libertad de expresión está garantizada en este país y en todos aquellos que bien, o más o menos, mantienen una cultura democrática. Disentir es importante, la ausencia de acuerdo es y ha sido necesaria para le hombre a lo largo de la historia, la discusión o la existencia de contraposiciones han generado los acuerdos o han dado pie a los conflictos que moldearon el mundo tal y como hoy lo conocemos, para bien o para mal, según Usted quiera disentir, en uno u otro sentido.

Como no podía ser de otra manera, disentir conlleva también un costo, el cual le puede representar a cualquiera, una mayor carga si se hace en un lugar como en nuestro país. Seguramente no habrá costo alguno por que yo sea Crema o Rojo, pero si no estoy de acuerdo con la asignación en el Presupuesto para el Listado Geográfico de Obras, no comparto la inactividad de la Contraloría General de Cuentas o repruebo el actuar o la pasividad del Ejecutivo, me puedo ganar enemigos poderosos que no están interesados en disentir, si no en que en pocas palabras, no los molesten en su modus operandi y he allí la pena o el precio por disentir.

Felicitaciones a La Hora por disentir y por conservar un medio donde todavía es posible hacerlo. Es un derecho, es muy importante y han pagado un alto costo por ejercer ese derecho y dar la posibilidad de ejercerlo. Se acaba una época, la del papel, sin duda algunos lo echaremos de menos, otros ni lo conocieron, así que nada habrá cambiado, sobre todo si digitalmente aún se puede continuar disintiendo.

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