Walter Juárez Estrada
El pasado lunes 18 de octubre el partido oficialista Vamos y su alianza del Pacto de Corruptos, logró retener la Presidencia del Congreso de la República, mediante negociaciones previamente pactadas con diputados de ideología narco y grupos ligados a intereses corruptos y espurios. Con ofrecimientos a legisladores distritales, que según la oposición se “vendieron” para elegir a la diputada del partido Vamos Shirly Joanna Rivera Zaldaña, quien sustituirá a partir del 14 de enero entrante, al impresentable diputado de Sololá, Allan Eduardo Rodríguez Reyes, quien es una marioneta del presidente Alejandro Giammattei y de la corruptela del sistema autocrático guatemalteco.
A los políticos no les importa “quedar mal con Dios y hacer pactos con el diablo”, y menos tener un fundamento ideológico, que dicho sea de paso cuando les es necesario, lo sacan relucir en contra de los partidarios de la oposición llamándoles “chairos” “esperpentos” “resentidos” y “oportunistas” y todo ello con el propósito de logar su objetivo: ganar puestos de elección popular, impunidad, poder, y con ello lograr saborear los siete pecado capitales, olvidándose del pueblo, el que no puede quedarse callado y ser cómplice de la debacle del sistema democrático, debacle que ha venido arrastrando Guatemala en los últimos períodos de la legislatura y de la Presidencia, todo ello con efecto en las elecciones de cortes y enriquecimiento personal y corporativo.
Estas acciones de poder, se logran teniendo presidentes corruptos, demagogos de primera línea, operadores políticos, lobistas, estos políticos no les importa que estén en el ojo del Departamento de Estado de los Estados Unidos que tarde o temprano, llamará a rendir cuentas en algún momento y de alguna manera, como es el caso de la fiscal general Gloria Porras y sus aliados.
Es vergonzoso e indignante, que dirigentes hagan migas el pan del pueblo, con los que eran sus adversarios, sabiendo ellos mismos, que dicha alianza tiene un interés común… que es la consecución del poder total. Los guatemaltecos, los buenos guatemaltecos, podemos concluir, que el Pacto de Corruptos formado de políticos y sus financistas tienen varios y diversos lazos electorales para ocupar espacios en el Congreso, y en el caso de las alcaldías al narcotráfico por medio del financiamiento electoral ilícito.
Los partidos conservadores son rivales en elecciones, pero tienen intereses comunes… cooptar los espacios en cortes, comisiones en el Congreso de la República, espacios en el Renap, Procuraduría de los Derechos Humanos, y el Tribunal Supremo Electoral entre los más importantes. Con la elección de la nueva Junta Directiva, el oficialismo cambia las personas, de nombres, pero no la sustancia, y seguirán con las misma prácticas dentro del Congreso, y al final lo que se tendrá es el mismo resultado, congratulando con ellos a los grupos de interés de poder informal.
Mientras tanto las señoras de la política por todos bien conocidas, quienes de momento son aliadas para estos fines, jugando el papel de “amigas y rivales” a su conveniencia, juegan de operadoras políticas por interés propio, una busca impunidad y recuperar su Secretaría General del partido, y la otra su inscripción como candidata a la Presidencia de la República. Con esas acciones el país no logra progresar, el guatemalteco común, el trabajador, el emprendedor, el padre de familia, la madre soltera y trabajadora, el empresario, debe armarse de valor y reiterar que los que dirigen los entes del Estado, o renuncian o se les hace renunciar por el bien de la nación.
El proceso electoral que está a la vuelta de la esquina, si seguimos de esa manera volverá hacer otro fracaso más… eligiendo más de lo mismo, a pesar de todo sabemos que los magistrados tanto del Tribunal Supremo Electoral y de la Corte de Constitucionalidad han sido electos para cumplir el Pacto de Corruptos y cooptar las instituciones y retorcer la ley a conveniencia de los que ostentan el poder real.
La Nueva Junta Directiva del Congreso, la conforman diputados de los bloques, Presidiendo la señora Rivera Zaldaña, una desconocida en su gestión como legisladora, como vicepresidentes Carlos López Maldonado, de la UNE del bloque disidente, Carolina Orellana Cruz, de la UCN partido por ser cancelado; su secretario Mario Estrada, pendiente de condena por narcotráfico; Carolina Orellana, de la facción disidente de la UNE, aliada de Sandra Torres y Efraín Menéndez Aguiano de Valor; secretarios, Maynor Gabriel Mejía Popol, oficialista, Julio César Longo Maldonado de FCN-Nación, Carlos Santiago Nájera, del grupo de Torres, cuñado de la magistrada del TSE. Blanca Alfaro, Estuardo Rojas Espino de Viva y Marvin Estuardo Alvarado Morales de Bien, bancada que está dividida, y a quienes el partido Valor de la señora Ríos Sosa les dio su visto bueno en la elección de está Junta Directiva. Guatemala, por la pésima decisión de los mismos guatemaltecos con ofrecimientos falsos, ha perdido credibilidad interna y externamente. En el proceso electoral pasado donde ganó la presidencia Giammattei, fue por voto de castigo contra la Sandra Torres, proceso que debió anularse por las irregularidades en el conteo de votos. Así ocurrió con el comediante Morales, que escaló la presidencia sin capacidad, pero fue para evitar que Sandra, fuera la presidenta, cuya ambición de poder llegó al extremo de divorciarse de Colom e insiste en lucir la Banda Presidencial, pero ahora tendrá de contrincante a Zury Ríos, quien buscará la presidencial a pesar de tener una clara prohibición constitucional, y quienes tienen el aval de Giammattei traicionando con ello a su propia institución partidaria, y como resultado se tiene formar una junta directiva del Congreso, corrupta que se venderá al mejor postor.