Jesús Alvizúres
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Con mucha preocupación se ve que la ley en el país brilla por su ausencia y se enfoca en tratar de enlodar a quienes están a favor de aplicar justicia contra la corrupción. Todas las instituciones burocráticas y ministerios están pidiendo más presupuesto y no hacen un balance para presentar la transparencia de la inversión sobre los montos económicos recibidos con anterioridad. Ha habido opacidad en el uso de capitales autorizados para el manejo de provisión de insumos en la pandemia y reactivación económica del país dando préstamos con bajos intereses a pequeños comerciantes, de esto se encargó el Crédito Hipotecario Nacional (CHN) pero su actuar fue selectivo y se apega a la ley de bancos para no identificar a los beneficiados, pero no aplica porque el capital es prestado para beneficio de los afectados del país, no es fondo bancario. El capital fue entregado para reactivar la economía que sufrió y sufre los estragos del Covid-19 y dice variantes; este banco recibió Q2,300 millones, que entregue cuentas claras. Estos son dineros que el pueblo con sus impuestos tiene que pagar.
Ha habido mucha desfachatez de quienes no entienden razones y se apegan a la teta lechera del Estado a través de un ejecutivo con muchos señalamientos y solicitudes de renuncia. En la llanura criticó a gobiernos anteriores porque no renunciaban y ahora le tocó el turno a él. Que a pesar de todo lo que le dicen se hace el sordo y sigue disponiendo y llevando a la nación por derroteros donde invalida los mandatos de la Constitución Política de Guatemala. Desde cuando fue candidato fracasado tuvo acciones que no se sabe con certeza cómo las anuló, y al fin le sonó la flauta de los poderosos que manejan los gobiernos, porque estos son electos por ellos y no por el pueblo, la votación de los ciudadanos es parapeto con un Tribunal Electoral acéfalo y comercializado o amenazado como pasó con Leopoldo Guerra y su hija en el gobierno de Jimmy Morales y la participación del Legislativo.
Para muestra de la verdad que aquí se dice, vean cómo el Congreso de la República retiene la elección de Cortes por más de dos años, confirmando el día 13-10-2021 que los actuales Magistrados de la Corte Suprema de Justicia continuarán hasta que se presenten los sustitutos, es decir nunca. Porque parte del Congreso corrupto no ha elegido a personas honorables para estas magistraturas aun habiendo una orden de la CC cuando parte de ella tenía credibilidad apegada a Derecho; ahora a más de dos años de retraso, la Ley como dijo Sandra Torres les viene del norte. Más hay que entender que el Congreso es una estructura corrupta que elige personajes ligados a la corrupción y la impunidad. Una prueba palpable es la persecución a honorables aplicadores de justicia, todos saben a quienes el artículo refiere.
El pueblo organizado ni los colectivos pueden detener esta ola que deja a la ciudadanía despojada de sus derechos constitucionales. Se debe buscar poner fin a tanto descalabro.