Algunos de los acusados en el asalto al Capitolio estadounidense están renunciando a su derecho a tener abogados y optando por defenderse por su cuenta, ignorando tanto su falta de preparación como las repetidas advertencias de los jueces.
La tendencia está causando complejas maniobras legales e incómodos intercambios en los tribunales.
Uno de los acusados, oriundo de Nueva York, desea defenderse a sí mismo y pasarle la factura al gobierno. La dueña de un restaurante de Pensilvania busca argumentar por su cuenta que no debe ir a la cárcel. El juez en el caso de otro neoyorquino le ha advertido al sospechoso que pudo autoincriminarse con sus declaraciones en la corte.
El derecho a representarse a sí mismo en un juicio está consagrado en la constitución norteamericana. Aun así, un juez usó un antiguo refrán recientemente al advertirle a unos de los acusados que si se representa a sí mismo “tendrás un cliente ignorante”.
Michael Magner, abogado defensor de Nueva Orleans y antes fiscal federal, explicó: “El hecho de que tengas el derecho constitucional de hacer algo no significa que eso sea inteligente”.
La decisión de por lo menos cinco acusados de fungir como sus propios abogados seguramente creará complicaciones, principalmente para los mismos acusados, quienes corren el riesgo de perjudicarse si dicen algo equivocado en el estrado. Tienen que escudriñar entre montañas de evidencias acumuladas en su contra. Y la estrategia está poniendo a prueba la paciencia de los jueces en sus intentos por mantener orden en sus salas de justicia.
“Yo nunca me representaría a mí mismo si fuese acusado de un crimen”, le declaró el juez Royce Lamberth a Alan Hostetter, uno de los acusados en el motín. El magistrado añadió que, desde que asumió el cargo en 1987, jamás ha visto a alguien representarse a sí mismo y ganar un caso.
Hostetter, quien fue policía por más de 20 años y después se convirtió en instructor de yoga, dijo a Lamberth que prefería representarse a sí mismo debido “a la corrupción de esta investigación” y a que no tiene dinero para pagarle a un abogado.
“Creo que es una estrategia del gobierno que, si no pueden condenarte, al menos quieren dejarte sin dinero y desmoralizarte”, expresó Hostetter.
Otro de los acusados, Brandon Fellows, del norte del estado de Nueva York, le pidió al juez Trevor McFadden que le deje representarse a sí mismo. Pero el juez le advirtió que podría quedar vulnerable a cargos de perjurio si habla en la sala.