El pasado 15 de octubre se celebró el Día Mundial de las Mujeres Rurales, una fecha que conmemora a las mujeres que contribuyen a la conservación, liderazgo y desarrollo de sus comunidades. En este contexto, representantes del Encuentro Nacional de Mujeres de los Territorios brindaron un mensaje reflexivo sobre el rol de la mujer en su comunidad y el país.
EL APOYO A LA MUJER ES CLAVE PARA UNA SOCIEDAD INTEGRAL
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha descrito que conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres no solo es lo correcto, sino que es un ingrediente fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la desnutrición.
Las mujeres rurales han colaborado en el cuidado de la fauna y flora, trabajado en la producción de alimentos y productos. La labor de las mujeres rurales se ve reflejado también en la erradicación de la desnutrición, tal cual marca el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas: Hambre Cero.
“Ser mujer rural significa defender la tierra, el territorio y la vida. Luchamos por el reconocimiento de nuestros derechos como mujeres rurales y por la autonomía económica de las mujeres en la producción de nuestros alimentos, tejer nuestra indumentaria maya, ser guardianas de las semillas nativas, aportando así a la economía del país”, expresó una de las líderes.
En el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales se llevó a cabo una conferencia de prensa en la que dieron a conocer que solo el 2% de las tierras está en manos de la población indígena y la importancia de tener un espacio para cultivar.
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— Diario La Hora (@lahoragt) October 16, 2021
EL ROL EN LA ALIMENTACIÓN Y DESARROLLO
Una de las representantes de mujeres rurales refirió que en muchas comunidades este sector es responsable de producir y cuidar los alimentos, desde el cuidado de la semilla hasta su colecta. “He sabido que sin algunas mujeres rurales no llega plato a la mesa. Toda la alimentación es producida en el campo; todo el trabajo que requiere la producción lo hace la mayoría de las mujeres”, indicó la mujer.
Debido a esta capacidad de las mujeres, el grupo abogó por la autonomía de la producción, para así poder independizar su labor y desarrollarlo con mayor facilidad. “Las mujeres guardan la semilla, por eso hablamos de soberanía alimentaria, en guardar y proteger nuestros alimentos, nuestra semilla. Esto hace que las mujeres rurales tengan cómo producir los alimentos”, enfatizó.
Incluso desde una perspectiva macro, destacó que la producción de las comunidades rurales termina distribuyéndose en todo el país, reflejando la importancia de las trabajadoras indígenas para Guatemala. “El 2% de las tierras está en manos de la población indígena y a pesar de ese 2%, hemos proveído al país con esa alimentación”, agregó.
LA IMPORTANCIA DE SU ROL ES EVIDENTE, PERO LA INEQUIDAD PERSISTE
Pese a los datos expuestos por las mujeres rurales, la ONU detalla que en la actualidad las mujeres en las áreas rurales enfrentan a una discriminación significativa en lo que respecta a la propiedad de la tierra y el ganado, la igualdad de remuneración, la participación en la toma de decisiones de entidades como las cooperativas agrarias, y el acceso a recursos, crédito y mercado para que sus explotaciones y granjas prosperen.
Las Naciones Unidas también enfatizan que en las zonas rurales muchas de las mujeres ganaderas y agricultoras son parte de la economía informal y simultáneamente mantenedoras de sus hogares, lo cual las posiciona en desventaja frente a los hombres. Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento.
“Las barreras estructurales y las normas sociales discriminatorias continúan limitando el poder de las mujeres rurales en la participación política dentro de sus comunidades y hogares. Su labor es invisible y no remunerada, a pesar de que las tareas aumentan y se endurecen debido a la migración de los hombres”, remarcó la ONU.
“¡Qué no harían las mujeres si fueran propietarias!, ¿verdad?”, cuestionó la representante de las mujeres rurales. A su vez, aseguró que, si las mujeres tuvieran acceso, uso y control de la tierra, existiría una dinámica económica distinta; “y aportaríamos una gran cantidad a este país”, aseguró.
“Lamentablemente vivimos en un sistema donde las mujeres somos excluidas; somos discriminadas por ser mujeres indígenas, por ser mujeres rurales. Las mujeres nos hemos levantado y hoy estamos aquí, mujeres de las distintas regiones del país, las que somos portavoces de las demás mujeres que se han quedado en la comunidad y en la casa”, reflexionó.