El reciente aumento de los ejercicios militares y las misiones de aviones de guerra de China cerca de Taiwán, que han generado preocupación en la región, era necesario para defender su soberanía y territorio, dijo un funcionario chino hoy.
El ejército de Beijing voló 56 aviones frente a la costa suroeste de Taiwán en un único día a principios de este mes, un récord que coronó cuatro días de campaña en la que efectuó 149 vuelos. Todos estuvieron en el espacio aéreo internacional, pero la exhibición elevó el temor a que cualquier paso en falso pudiese provocar una escalada de tensiones involuntaria en la región.
Taiwán considera que las acciones de China son un anuncio de su amenaza de controlar una isla que reclama como territorio propio, con la ayuda del ejército si fuese necesario. Las dos partes se separaron en la guerra civil de 1949 y oficialmente no tienen relación.
El propósito de las maniobras era «fundamentalmente salvaguardar los intereses generales de la nación china y los intereses vitales de la población a ambos lados del Estrecho de Taiwán», afirmó Ma Xiaoguang, vocero de la Oficina de Asuntos de Taiwán del gobierno de Beijing.
«Los ejercicios del Ejército Popular de Liberación son acciones necesarias para defender la soberanía nacional y la integridad territorial», dijo Ma ante reporteros en una conferencia de prensa quincenal en la capital china.
Ma culpó al gobierno de tendencia independentista de Taiwán, que es elegido democráticamente, y a sus relaciones con «fuerzas externas» de elevar las tensiones.
Los observadores externos sostienen que las maniobras militares están pensadas para degradar las capacidades físicas de defensa de la isla a través del desgaste, mientras que ponen a la ciudadanía en contra de su liderazgo mediante una forma de guerra psicológica.
Taiwán, un aliado próximo a Estados Unidos, movilizó a sus jets para interceptar a las aeronaves chinas y activó sus sistemas de defensa aérea. Además, trabaja para reforzar sus defensas con la compra de nueva tecnología de Estados Unidos y el desarrollo de sistemas propios, incluyendo submarinos.
Las encuestas de opinión muestran que la inmensa mayoría de los taiwaneses está a favor de mantener el estatus independiente de facto sin ceder ante las peticiones de unificación política de China.
Tras una semana de tensiones sin precedentes, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, prometió el domingo que defenderá la isla de la creciente presión de China. Sus declaraciones se produjeron un día después de que el líder chino, Xi Jinping, dijo que la anexión de Taiwán «debe realizarse» y señaló que la mejor forma de lograrlo es de forma pacífica.
Aunque esta retórica es habitual, muchos ven una creciente posibilidad de conflicto por el deseo de Xi de resolver lo que China denomina la «cuestión de Taiwán» y por la voluntad del liderazgo taiwanés de mantener el statu quo.