Por: Angel Elías
El escritor chiapaneco Eraclio Zepeda (1937-2015) es un referente en las letras mexicanas. Benzunul es una colección de cuentos que publica el Fondo de Cultura Económica, en su edición Popular y que recoge los relatos: Benzunul, El caguamo, Vientooo, El mudo, Quién dice la verdad, La Cañada del Principio, Patrocinio Tipá y No se asombre, sargento.
Cada uno tiene su elemento mágico, su referente indígena maya, su voz chiapaneca. Este libro de cuentos lleva al lector al mundo simbólico chiapaneco, su forma de ver el mundo, el modo en el que aborda las circunstancias, de interpretar al mundo de occidental.
Esta publicación sale a la luz por primera vez en 1959 y revela escenas tan cotidianas y llenas de misterios para los ojos occidentales, de la vida indígena maya. Para los habitantes de estos cuadros son escenas tan cotidianas, normales, como anómalas para los ojos extranjeros.
El retrato que hace Zepeda de sus personajes siempre tiene una carga de honor, otras de certeza frente a sus creencias, fortaleza en el pensar de sus comunidades. Ellos, los habitantes de sus relatos se le escapan del entendimiento, toman su propia vida, actúan según los mandamientos dejados por los abuelos de la montaña desde hace cientos de años.
Eso son los cuentos de Zepeda, un conjunto de relatos que se cuentan a la orilla del fogón, que cuenta la abuela como un acto heroico o como lo que le pasó a un vecino, a los que vivieron antes de nosotros, en otros tiempos, en otras eras. “El Matías estaba con el aburrimiento prendido de los labios. El mal tiempo había llegado quince días atrás, y desde ese entonces no había dejado de caer esa agüita tonta y desesperante que pone de mal humor a los hombres y los animales. Los cerros se habían perdido desde dos semanas antes en la neblina espesa de quien sabe dónde”, así comienza Vientooo. Nos arrastra hasta aquellos cerros de la sierra de Chiapas, que bien puede ser Guatemala, para desentrañar el misterio que asoma cada vez que las montañas se esconden.
Todo en aquellos lugares se entrega a lo fantástico, a lo inimaginable. Todo corre con reglas diferentes porque tiene el dictamen de los dioses de los cerros, de los bosques, del corazón de la Tierra. Allí no hay ley que diga lo contrario. Los cerros atrapan o perdonan, saben secretos.
Por ello, los habitantes de los relatos se secretean frente a la comida de la noche, pasan la historia que sucedió antes de que existiera el tiempo, para que no vuelva a ocurrir y si ocurre que no sea para enojo de los abuelos. Como el hombre que se quiso cambiar el nombre porque quería ser más fuerte, tener nombre de pueblo. O las vicisitudes que tuvo que pasar otro hombre al encontrarse al amor que le cambió la vida y le transformó su muerte.
Benzunul es un libro que explora las montañas frías del mundo maya, allí donde hierve la olla de café caliente cuando se coloca a la par del fogón el cual debe mantenerse encendido para que no muera el espíritu de la casa. Es un libro muy diverso que revela la forma en la que se veía al indígena chiapaneco en la década de 1950, no lo romantiza, solo da una versión de los cuentos que un chiapaneco, en este caso Zepeda, escuchó de pequeño.
Eraclio Zepeda Ramos fue un escritor, poeta y político mexicano. Cursó el bachillerato en la Universidad Militarizada Latinoamericana, donde formó un círculo de estudios marxistas con Jaime Labastida, Jaime Augusto Shelley y Nils Castro. Premio Chiapas de Arte 1983. Premio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura y Lingüística, 2014. Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República, 2014.
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