Con una cascada de crisis ensombreciendo la Asamblea General de Naciones Unidas de este año, la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Čaputová, lanzó un recordatorio el primer día:
Pero la paridad de género en el foro de líderes más importante del mundo todavía parece muy lejana. Está previsto que ocho mujeres tomen el estrado hoy, más del doble de las cinco que han participado en los tres primeros días de la cumbre.
Tres vicepresidentas y cinco primeras ministras — incluyendo la de Bangladesh, Sheikh Hasina, y la de Nueva Zelanda, Jacinda Arden — intervendrán el viernes bien en directo o a través de discursos pregrabados.
Hassan fue la única que se dirigió a la Asamblea General.
A pesar de que las 13 mujeres suponen menos del 10% de los oradores en los primeros cuatro días de la cumbre, la cifra es superior a la del año pasado, cuando solo intervinieron nueve en toda la semana. Además, hay tres jefas de Estado o de Gobierno más — un total de 24 — de las que había a estas alturas del año en 2020.
«No puede haber democracia, seguridad ni desarrollo sin la mitad de la humanidad», afirmó el miércoles la presidenta de Estonia, Kersti Kaljulaid, subrayando además la posición de vulnerabilidad de la mujer en la sociedad.
La cuestión de la vulnerabilidad ha estado en el primer plano durante una semana marcada por los fantasmas siempre presentes del cambio climático, el coronavirus y los conflictos. La mayor parte de los discursos han seguido la línea de que el mundo se encuentra al borde del precipicio, olvidando el tema de la cumbre: «Construir la resiliencia a través de la esperanza».
Pero las aciagas previsiones no se limitaron al salón de la Asamblea. En una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el jueves, funcionarios de alto nivel pidieron intensificar las acciones para abordar las implicaciones de seguridad derivadas del cambio climático y hacer del calentamiento global una parte clave de todas las misiones de paz del organismo. Según su resolución, el aumento de las temperaturas está haciendo del planeta un lugar menos seguro, y señalaron a la región africana del Sahel, plagada de conflictos, y a Siria o Irak