El presidente Joe Biden prometió ayer una sólida ayuda federal para los estados del noreste y del Golfo de México azotados por el huracán “Ida”, así como para los estados del oeste sitiados por los incendios forestales, catástrofes que sirve como recordatorios de que la crisis climática ha llegado.
«Estas tormentas extremas y la crisis climática ya están aquí», declaró Biden en un discurso en la Casa Blanca. «Debemos estar mejor preparados. Tenemos que actuar».
El presidente dijo que seguirá presionando al Congreso para que apruebe su proyecto de ley de infraestructura de casi 1 billón de dólares para mejorar las carreteras, los puentes, la red eléctrica y los sistemas de alcantarillado. La propuesta pretende garantizar que las redes que conectan las ciudades, los estados y el país en su conjunto puedan resistir las inundaciones, los torbellinos y los daños provocados por un clima cada vez más peligroso.
Biden subrayó que el reto que suponen las tormentas y los incendios trasciende la política de una nación profundamente dividida.
«Es una cuestión de vida o muerte y estamos todos juntos en esto», dijo el presidente.
Los científicos afirman que el cambio climático aumenta la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, como las grandes tormentas tropicales y las sequías y las olas de calor que crean las condiciones para los grandes incendios forestales.
Los especialistas en meteorología de Estados Unidos informaron recientemente que julio de 2021 fue el mes más caluroso jamás registrado en 142 años de seguimiento.
Ida fue la quinta tormenta más potente en azotar Estados Unidos cuando golpeó Luisiana el domingo con vientos máximos de 240 kilómetros por hora, y previsiblemente provocó daños por decenas de miles de millones de dólares.
Se le han atribuido al menos 40 muertes en el noreste del país.
Más de un millón de hogares y empresas de Luisiana y Mississippi seguían sin suministro eléctrico después de que Ida derribara una importante torre de transmisión y dejara fuera de servicio miles de kilómetros de líneas de transmisión y cientos de subestaciones.
Nueva Orleans quedó sumida en la oscuridad total; el miércoles la electricidad volvió a funcionar en algunas partes de la ciudad. Biden tiene previsto visitar Luisiana el viernes para inspeccionar algunos de los daños y reunirse con funcionarios del gobierno.
«Sabemos que hay mucho que hacer de nuestra parte en esta situación», señaló Biden. «Necesitamos que se restablezca la electricidad. Tenemos que conseguir que se desplieguen más alimentos, combustible y agua».
A petición de Biden, el Departamento de Energía dijo que liberaría 1,5 millones de barriles de petróleo de la Reserva Estratégica de la nación para garantizar un suministro constante de combustible en la región del Golfo de México, donde los buques hundidos están bloqueando las líneas de suministro a lo largo del río Mississippi. El petróleo será utilizado por ExxonMobil en su refinería de Baton Rouge. La empresa ha acordado reponer el petróleo de la reserva de emergencia en un plazo de tres meses.