Los abogados son aliados al expresidente Donald Trump. Foto La Hora/AP

Nueve abogados aliados con el expresidente Donald Trump enfrentan penalizaciones financieras y de otro tipo luego de que una jueza federal afirmó que habían abusado del sistema judicial con una demanda que impugnaba los resultados electorales de Michigan que daban a Joe Biden como el ganador.

La jueza de distrito Linda Parker dijo que la demanda, entablada en noviembre del año pasado pocos días después de que el resultado fuera certificado, era una farsa dirigida a engañar a la corte y al público.

«A pesar de la confusión, la conmoción y el caos que los abogados intentaron crear intencionalmente al interponer esta demanda, una cosa está perfectamente clara: Los abogados de los demandantes han despreciado su juramento, se han saltado las normas y han intentado socavar la integridad del poder judicial durante el proceso», dijo Parker en la apertura de una opinión de 110 páginas.



La demanda fue entablada en nombre de seis votantes republicanos que querían que Parker descertificara los resultados de Michigan e incautara las máquinas de votación del estado. La jueza rechazó la solicitud en diciembre, señalando que era «impresionante en su ámbito e impactante en su alcance».

Posteriormente, el estado y la ciudad de Detroit pidieron a Parker que ordenara sanciones contra Sidney Powell, L. Lin Wood y otros siete abogados cuyos nombres estaban en la demanda.

La jueza aceptó, pidiendo al estado y a la ciudad que calcularan los costos de la defensa de la demanda y presentaran las cifras.

El abogado Lin Wood, miembro del equipo legal del presidente Donald Trump. Foto La Hora/Ben Margot/AP

Parker ordenó 12 horas de educación jurídica, incluidas seis de derecho electoral, para cada abogado. Su decisión también será enviada a los estados donde los abogados tienen licencia para que enfrenten una posible acción disciplinaria allí.

Fue uno de los pocos intentos de aplicar multas u otro tipo de sanciones por demandas postelectorales dudosas entabladas a lo largo y ancho de Estados Unidos.

No existen pruebas de un fraude generalizado en las elecciones de 2020. De hecho, los funcionarios electorales de ambos partidos han declarado públicamente que los comicios se desarrollaron bien, y los observadores internacionales confirmaron que no hubo irregularidades graves.

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