Pandilleros secuestraron a dos médicos que trabajaban en hospitales, en la capital de Haití, que atienden a las víctimas del terremoto reciente, lo que obligó a una de las clínicas a declarar un cierre de dos días en señal de protesta, informaron las autoridades ayer.
Los secuestros, ocurridos el martes y miércoles, asestaron un golpe duro a los intentos de controlar la violencia criminal que ha amenazado los esfuerzos de respuesta al desastre por el sismo en Puerto Príncipe.
El médico Workens Alexandre, uno de los secuestrados, es uno de los pocos cirujanos ortopédicos del país, y su trabajo se necesita desesperadamente para las víctimas del terremoto.
Un funcionario del Hospital Bernard Mevs dijo que 45 de las 48 víctimas del terremoto que son atendidas en ese centro necesitan cirugía ortopédica.
Las pandillas en el complejo barrio de Martissant, en las afueras de la capital, habían anunciado una tregua a principios de semana para permitir que los esfuerzos de ayuda llegaran al suroeste de Haití, la zona más afectada por el terremoto del sábado.
No estaba claro si esas pandillas estaban involucradas en los secuestros más recientes, pero el fundador de la red DASH de hospitales asequibles, el doctor Ronald La Roche, dijo que los delincuentes se han involucrado en rapos mucho más allá de Martissant.
El secuestro el martes de otro médico, un obstetra que se dirigía a realizar una cesárea de emergencia, ocurrió en Petionville, considerada durante mucho tiempo una de las zonas más seguras y ricas de la capital. Tanto la paciente como su hijo murieron debido a los retrasos del tratamiento.
«Estamos furiosos con esta gente», dijo La Roche sobre los secuestradores. «Ellos son los responsables de la muerte de esta mujer y su hijo».
Sobre la supuesta tregua con las pandillas en Martisan, dijo: «no podemos depender de eso».
«Sentimos que los gánsteres se están volviendo más descarados. Ahora están trabajando en Petionville, en el centro de la ciudad», dijo La Roche, cuya red de ocho hospitales y clínicas dejará de atender los casos que no sean de emergencia en protesta por el secuestro.
Los hospitales de la red DASH están atendiendo a 27 víctimas del terremoto y tanto ellos, como cualquier caso de urgencia, continuarán recibiendo atención.
El terremoto de magnitud 7.2 dejó más de 2,200 muertos, destruyó más de 7.000 viviendas y dañó más de 12,000, dejando a unas 30,000 familias sin hogar, indicaron las autoridades. Escuelas, oficinas e iglesias también quedaron destrozadas o sumamente dañadas.