POR CLAUDIA PALACIOS
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El hecho ocurrido en 2009, sucedió en el hospital de la zona 9, refieren informes de la parte acusadora. Según la Fiscal del caso, Julio de la Cerda, de 71 años, se presentó a consulta por unas palpitaciones en el pecho y los médicos le colocaron un catéter en el músculo femoral, lo cual le ocasionó un hematoma que no fue tratado a tiempo y el paciente murió 16 horas después.
A pesar de que la denuncia fue interpuesta en el Ministerio Público (MP) dos días después de la muerte de la víctima, el caso permaneció engavetado por cuatro años, hasta que finalmente se iniciaron las investigaciones correspondientes. El caso está siendo conocido por el Tribunal Decimotercero de Instancia Penal.
La exhumación del cuerpo y la posterior autopsia revelaron que la causa de la muerte fue la laceración de la arteria femoral debido a una “punción fallida en la femoral”, apunta información del Fiscal.
Los dos médicos involucrados en el hecho fueron identificados como Edgar Alfredo Mancilla Guillén y Marco Antonio Girón Urízar. La Hora se comunicó con el Colegio de Médicos de Guatemala, pero dentro de sus registros no pudieron encontrar a Mancilla Guillén.
LA VÍCTIMA
Julio de la Cerda Guillén era Ingeniero Industrial, miembro de la Cámara Guatemalteca de Construcción y según el MP, la causa de la muerte no está relacionada a su edad, sino a la mala práctica de ambos médicos. “Él entró bien, y salió muerto”, expresó la fiscal.
Ante la consulta sobre el caso en cuestión, la vocera del IGSS respondió que: El Dr. Byron Arana, Subgerente de Prestaciones en Salud del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), fue consultado sobre el caso indicando que «seremos respetuosos del debido proceso, el caso ya se encuentra en trámite y hay que esperar el resultado del debate que se está llevando».
Casos similares
No es la primera vez que el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social se ve involucrado en denuncias por negligencia médica o mala práctica.
En el 2013, Walter Osvaldo Roblero Escalante, fue atropellado por un motorista y una vez en el hospital, los médicos informaron a su familia que no había camas disponibles en el intensivo. Alba Escalante, madre del fallecido, relató a La Hora que un médico le comentó que era mejor que lo llevaran a un sanatorio privado. Sin embargo, como la familia no tenía recursos para pagar los 15 mil quetzales diarios que cobra un hospital privado, el joven murió al día siguiente sin ser atendido.