Albert Batyrgaziev se convirtió hoy en el primer boxeador profesional en conquistar una medalla olímpica de oro. El ruso, de 23 años, se consagró campeón de la división pluma al derrotar a Duke Ragan, otro profesional.
Y aunque Batyrgaziev sabe que hizo historia y ambos boxeadores afianzaron sus bonos en el profesionalismo, opinó que la distinción entre el boxeo profesional y olímpico es tenue y se atenuará más aún.
«Me parece que el estar aquí para cualquier atleta significa que ya es una experiencia profesional o casi profesional», dijo Batyrgaziev. «Un boxeador profesional no sólo es alguien que lo hace a tiempo completo (por dinero). Significa que en estos Juegos, cualquier atleta, él o ella, puede considerarse profesional».
Batyrgaziev y el estadounidense Ragan fueron los dos primeros profesionales que se miden en una final olímpica en la Arena Kokugikan. Batyrgaziev, con foja de 3-0 en las lides profesionales, ganó por un ajustado 3-2 con una estrategia más propia del boxeo olímpico que el estilo de su rival.
Batyrgaziev, quien en su adolescencia fue campeón de kickboxing en Dagestán, hostigó a Ragan desde el campanazo inicial. Dominó el primer asalto con su agresividad y un mayor volumen de golpes, los dos factores que suelen persuadir a los jueces del boxeo aficionado.
No fue hasta el punto medio del combate de tres asaltos cuando Ragan se enchufó. Invicto 4-0 como profesional, es un boxeador que prefiere contragolpear.
Ragan se enteró que iría a los Juegos en junio, cuando la comisión especial que tuteló la competición olímpica completó el proceso de clasificación. Es el 12do medallista estadounidense en los plumas, y no cambiará para nada su trayectoria.
También tiene claro que ha ayudado a su promotores de Top Rank a conseguir un nuevo cartel que está junto a su nombre por el resto de su carrera: Duke Ragan, medallista olímpico de plata.
«Ya estoy hecho», dijo Ragan. «Fue una bendición competir aquí. Estoy feliz de ser profesional. Un poco más de experiencia, aunque no conseguí el cinturón. Pero todo bien».
Los profesionales han podido competir en los últimos dos últimos dos Juegos. De tres profesionales que decepcionaron en Río de Janeiro, a Tokio llegaron 40. Tampoco han podido dominar. De hecho, los más curtidos fueron eliminados sin medallas.