La holandesa Shanne Braspennincx se colgó la medalla olímpica de oro hoy en la prueba femenina de keirin en los Juegos de Tokio, horas después de que su compañera de equipo Laurine van Riessen abandonase el velódromo de Izu en camilla tras un horrible accidente.
Braspennincx se puso al frente en la última de las seis vueltas del keirin, una modalidad en la que una bicicleta motorizada marca el ritmo en las tres primeras vueltas y las tres restantes son un sprint libre hasta la meta. Braspennincx se coló al interior en los dos últimos giros y superó a la neozelandesa Ellesse Andrews, quien realizó un ataque tardío en el exterior para quedarse con la plata.
Lauriane Genest, una de las dos canadienses presentes en la final, cruzó la meta justo después y se llevó el bronce.
En la otra final de una ajetreada jornada en el velódromo del suroeste de Tokio, el británico Matthew Walls ganó en scratch, la primera de las cuatro pruebas de la modalidad omnium, y nunca tuvo rival en su camino al título olímpico.
Walls terminó tercero en tempo –modalidad que debutaba en Tokio– y segundo en la prueba de eliminación para llegar a la última, la carrera por puntos, con una estrecha ventaja sobre sus competidores. En la última se adelantó de inmediato y logró los puntos suficientes para subir a lo más alto del podio.
El neozelandés Campbell Stewart finalizó segundo y el actual campeón, el italiano Elia Viviani, se conformó con el bronce.
El keirin comenzó con un choque entre van Riessen y la británica Katy Marchant. La holandesa quedó atrapada en un grupo de seis al entrar en la última vuelta de las seis de la carrera. En la primera curva, su rueda delantera se desvió repentinamente a la derecha y tiró a Marchant, que no tenía margen y cayó.
Marchant pudo volver a competir, pero van Riessen se quedó inmóvil en el piso. Tuvo que salir del velódromo en una camilla, pero estaba consciente antes de ser trasladada a un hospital de Tokio.