Google ha aplazado hasta mediados de octubre el regreso a la oficina de la mayoría de sus trabajadores, y presentó una política que eventualmente requerirá que todos estén vacunados contra el COVID-19 para cuando reabra sus enormes instalaciones.
La variante delta del nuevo coronavirus es más contagiosa y ha provocado un enorme aumento en casos y hospitalizaciones por COVID-19. Poco después del anuncio del miércoles de Google, Facebook hizo lo propio, y agregó que exigirá también que los empleados de Estados Unidos que trabajen en oficinas estén vacunados. Se harán excepciones por motivos médicos, entre otros.
En un correo electrónico enviado a sus más de 130,000 empleados, el director general Sundar Pichai dijo que Google quiere tener a la mayoría de sus trabajadores de regreso en la oficina a partir del 18 de octubre. La fecha estimada previa era el 1 de septiembre. La decisión también afecta a decenas de miles de contratistas a los que Google sigue pagando mientras el acceso a sus instalaciones continúa restringido.
El directivo dijo que una vez reabiertas las oficinas, todos los que trabajen allí deberán estar vacunados. El requisito regirá inicialmente para la sede de Mountain View, California, y otras oficinas en Estados Unidos, y luego a los más de 40 países donde opera Google.
Como no se ha autorizado la vacunación de los niños menores de 12 años contra el COVID-19, los padres pueden llevar el virus a casa si en la oficina están rodeados de colegas que no están vacunados, dijo Wen.
Varias agencias gubernamentales ya han anunciado el requisito de que todos sus empleados estén vacunados, pero hasta el momento el mundo corporativo ha adoptado una estrategia más mesurada, aunque la mayoría de los abogados consideran que los mandatos son legales.
Otra potencia tecnológica, Apple, también aplazó de septiembre a octubre sus planes de regreso a la oficina.
Las decisiones de Apple y Google podrían convencer a otros grandes empleadores de tomar precauciones similares. El sector tecnológico ha estado a la vanguardia de la transición al trabajo remoto provocado por la propagación del coronavirus.