Si la primera temporada de «El Cid» estuvo llena de intrigas, en la segunda se multiplican.
Sí, es una historia clásica de la literatura hispana, pero los sucesos de esta segunda entrega, que se estrena hoy en Amazon Primer Video, no tienen nada que envidiarle a los thrillers modernos.
En sus últimos días, el rey medieval Fernando I de León divide su reino entre sus hijos con el fin de apaciguar a su prole, lo que sólo hace que se desate la traición entre ellos en buena medida por la ambición de Urraca, la primogénita heredera de la ciudad de Zamora, y por el recelo de Sancho, el hijo varón mayor, molesto porque no recibió todas las riquezas y tierras de su padre.
«La ambición, creo que es una palabra muy importante en esta segunda temporada, es lo que guía a todos los personajes y es lo que va a ser el motor», dijo la actriz Alicia Sanz, quien interpreta a Urraca, en una entrevista por videollamada desde España. «Va a hacer que todos los hermanos de alguna forma se confronten por estos reinos. Sancho no termina de aceptar que no fuera heredero absoluto».
Además, el rey le hace jurar a Ruy Díaz de Vivar «El Cid», quien queda al servicio de Sancho, que hará todo para evitar el pleito entre sus hijos y que no derramará la sangre de ninguno de ellos. El Cid campeador le da su palabra aunque, como lo conocemos, esto implicará alguna que otra batalla.
En la segunda temporada El Cid continúa su romance con la princesa árabe Amina, interpretara por la actriz de origen marroquí Sarah Perles. Pero el amor no es algo que mantenga a Ruy o Amina atados y estáticos.
«Creo que va a ser una explosión de emoción esta segunda temporada», dijo Perles. «En su camino las luchas cambian, maduran, y ella madura con estas condiciones y estos obstáculos que va a encontrar en esta historia».
Perles destacó el poder de las mujeres en la Edad Media que puede verse en esta serie aunque no era algo de lo que se hablara o se escribiera mucho. En su caso, dijo que se inspiró en dos mujeres reales para dar vida a su personaje: la poeta cordobesa Wallada y la princesa Zaida, esposa del rey Alfonso VI.
«Las mujeres no estaban calladitas en sus aposentos, creo que tenían ese poder, sólo que ahora hemos tenido la suerte con este proyecto de exponer su poder y que el público pueda entender que las mujeres de la Edad Media también podían cambiar el destino de un reino», recalcó la actriz.
Por su parte, Sanz agradeció interpretar a Urraca, cuya fuerza y decisión para tomar las armas y defender lo suyo le inspiró a ver la historia desde otro ángulo y asumir su propio poder, «no sentirme mal por ser ambiciosa», dijo.
Para realizar la serie con precisión, los guionistas y el elenco contaron con historiadores que respondieron sus dudas sobre los personajes y contexto.
El rodaje de la segunda temporada, en la que conviven árabes, judíos y cristianos, terminó cuando empezaba la pandemia, por lo que no se vio afectado por la misma. Incluye locaciones reales en castillos y sitios arqueológicos españoles y enormes sets para los interiores.