Factor Méndez Doninelli
En la historia pasada y reciente de Guatemala abundan los pasajes de violencia organizada e institucional dirigida desde el Estado contra sus habitantes. Los hechos más recientes ocurrieron durante el Conflicto Armado Interno (CAI) entre 1960 y 1996, cuando se aplicó la Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN), prácticas contrainsurgentes, terrorismo de Estado y políticas de tierra arrasada cometidas por el Estado, sus agentes y aparatos de seguridad.
¿Qué es memoria? Se distinguen dos tipos: memoria individual y colectiva. Ambos son verdad, narración y aceptación. Es recoger la verdad de lo que hemos vivido. Destapar los hechos de horror e identificar a sus autores materiales e intelectuales. Es recordar a cada víctima, reivindicar su nombre, su dignidad y explicar las razones por las cuales ésta fue atropellada. Es aclarar el papel que jugaron las instituciones y autoridades frente a las víctimas y los victimarios.
¿Qué es memoria histórica? Un concepto historiográfico, que se atribuye a Pierre Nora. Se define como el esfuerzo consciente de los grupos humanos por conectar con su pasado, sea éste real o imaginado, valorándolo y tratándolo con especial respeto. Esfuerzo consciente que produce una memoria histórica colectiva, mientras que también hay otra memoria individual propia de cada individuo.
¿Qué significa recuperar la memoria histórica? Es un movimiento sociocultural nacido en el seno de la sociedad civil para divulgar, de forma rigurosa, la historia de la lucha contra las dictaduras y sus protagonistas, con el objetivo de que se haga justicia y recuperar referentes para luchar por los derechos humanos (DDHH), la libertad y la justicia social.
Hablar de justicia es referirse al reconocimiento y reparación de los hechos, en ningún caso se trata de actitudes revanchistas. Aclaro este punto porque hay quienes critican a este movimiento rotulándolo de revanchista y no es lo mismo buscar justicia y verdad que la revancha. Además, hay una necesidad de establecer la verdad histórica.
En un primer acercamiento, la memoria debe ser tratada desde todos los aspectos posibles y conceptos contra el olvido. En ese sentido, confluyen aspectos humanos, culturales y políticos. Desde esta perspectiva, para el caso guatemalteco la relación entre historia y memoria es inevitable, como innegable el resultado de la investigación de abusos y violaciones a los DDHH cometidas por las fuerzas de seguridad del Estado durante la existencia del CAI.
La Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH) patrocinada por Naciones Unidas (ONU), registró un total de 30 masacres en los municipios ixiles – entre 1980 y 1982- en el departamento de Quiché. Quince masacres ocurrieron entre febrero y mayo de 1982. En la misma región, la CEH documentó un aproximado de noventa aldeas arrasadas, cincuenta y cuatro de ellas en Nebaj, diez en Cotzal y veintiséis en Chajul, todas del Quiché. (Fuente: CEH, 1999: Capítulo Segundo, Volumen III, 961).
La memoria histórica y su recuperación son necesarias porque los pueblos necesitan conocer el pasado para construir en libertad el futuro, sobretodo, para no chocar con la misma piedra, para que los horrores y los abusos no se repitan.
En Guatemala hubo crímenes de lesa humanidad, genocidio, detenciones ilegales y arbitrarias, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, torturas, tratos crueles e inhumanos, todo debidamente documentado. Pese a la evidencia abrumadora, cínicos funcionarios de gobierno persisten en tapar el sol con un dedo negando esa lacerante realidad. (Continuará).