La aspirante presidencial opositora de Nicaragua, Cristiana Chamorro, quien fue inhabilitada por el gobierno de Daniel Ortega para participar en las elecciones del 7 de noviembre, amaneció hoy en arresto domiciliario, bajo vigilancia policial e incomunicada, aseguran sus allegados.
“Se llevaron su teléfono y su laptop, también los de su hija (Cristiana María Lacayo) que está con ella en la casa, y les cortaron el Internet. No sabemos nada de ellas”, declaró angustiada a la AP Arelia Barba, miembro de su equipo de prensa.
Efectivos policiales ingresaron el miércoles a la vivienda de la periodista de 67 años, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), atendiendo una orden judicial de allanamiento y detención. Tras casi seis horas de ocupación policial, su hermano, el periodista Carlos Fernando Chamorro, anunció que había quedado “en arresto domiciliario”.
Cristiana Chamorro tiene 67 años y hasta enero pasado dirigió la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), que su madre creó en 1997 para promover la libertad de expresión y que cerró operaciones en febrero, presionada por una ley que controla los fondos externos de las ONG. La Fiscalía la acusa de lavado de dinero y otros delitos, por presuntas “irregularidades” financieras.
Chamorro niega los cargos por considerar que son “una monstruosidad” para impedir que se postule como contendiente Ortega, quien busca su tercera reelección consecutiva. De hecho, la Fiscalía pidió el 2 de junio la inhabilitación de la periodista para optar a cualquier cargo público.
“La gente está cansada de dictadura y de pobreza, que aumenta cada día y el gobierno no manifiesta ninguna sensibilidad”, declaró Chamorro a The Associated Press (AP) en una entrevista concedida antes de que el gobierno anunciara las investigaciones en su contra.
Hace 31 años, su madre derrotó en las urnas a Ortega, que había gobernado de 1985 a 1990, poniendo fin a diez años de revolución y a una cruenta guerra entre sandinistas y rebeldes “contras”, que entregaron sus armas. Doña Violeta también abolió el servicio militar obligatorio y redujo el Ejército de casi 100.000 a 12.000 efectivos.
Algunos analistas y periodistas creen que la historia podría repetirse y que por eso Ortega ordenó bloquear las aspiraciones de Cristiana, a quien encuestas mencionan como candidata favorita de la oposición. Ella también es hija del periodista Pedro Joaquín Chamorro, el famoso director de La Prensa que fue asesinado por sicarios del dictador Anastasio Somoza en 1978. La Prensa es un diario muy crítico a Ortega.
Violeta Chamorro, que hoy tiene 91 años, permanece postrada en una cama y alejada de toda actividad, según han informado sus hijos.
De los tres hermanos de Cristiana, Claudia Lucía es artista plástica, mientras que Pedro Joaquín y Carlos Fernando son periodistas, este último disidente del Frente Sandinista y cuyos medios Ortega mandó a allanar y confiscar en diciembre de 2018 y en mayo pasado tras acusarlo de participar en “un fallido golpe de Estado”.
Así calificó el gobierno las protestas estudiantiles y sociales de 2018, cuando la violenta acción policial y de paramilitares dejó 328 muertos, 2,000 heridos, cientos de detenidos y más de 100.000 exiliados y emigrados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La crisis que derivó de esa revuelta aún no ha sido superada.
Chamorro aseguró que como presidenta haría cambios en las fuerzas armadas, incluyendo el desarme de los paramilitares y la “desaparición” de las fuerzas antimotines, señalados por graves crímenes desde 2018.
“El nuevo gobierno impulsará un proceso de reinstitucionalización de las fuerzas armadas y el desarme de los paramilitares. La Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (antimotines) tiene que desaparecer y habrá una reforma para que, de nuevo, surja una institución policial protectora de la población, no represora, proceso que inició mi madre, pero, el régimen actual lo desmanteló”, dijo en la entrevista.
Añadió que su gobierno también asumirá las recomendaciones de la CIDH de instalar una “Fiscalía especial, dotada de fiscales de indudable prestigio e independencia”, para investigar los abusos cometidos por agentes del gobierno y hacer justicia con las víctimas.
Otras prioridades de su “gobierno democrático” serían alcanzar “un acuerdo nacional” para combatir la pobreza y proteger los derechos humanos y la institucionalidad”. También invertir en un plan de educación para los próximos 30 años, en viviendas de interés social, empleos, incentivos a la producción y protección del medio ambiente.
“Para mí la democracia, los derechos humanos, la justicia, el diálogo y la verdad deben de ser premisas morales y legales del gobierno con irrestricta libertad de expresión y acceso a información pública”, subrayó Chamorro. Opinó que Nicaragua “debe dejar de ser un país confrontativo” y se debe promover “el pluralismo político, la tolerancia ideológica y la pluriculturalidad” a partir de un modelo de gobierno “inclusivo”.
“Los contextos son distintos” 31 años después, pero estas elecciones serán “la tercera oportunidad de volver por una gran unidad nacional para salir de la dictadura, como lo hicimos en 1990”, dijo al señalar que ella se siente capaz de asumir el reto. “Creo que la maldición del caudillismo es algo que estará plenamente superada con el próximo gobierno, más con una mujer sustituyendo otra vez a Ortega”, puntualizó.