Malaui incineró casi 20,000 vacunas de COVID-19 de AstraZeneca expiradas, pese a advertencias de la Organización Mundial de la Salud y de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África de que no lo hiciera.
La ministra de salud de Malaui Khumbize Kandodo Chiponda presidió la quema hoy en el Hospital Central de Kamuzu en la capital Lilongwe.
“Estamos destruyendo estas vacunas porque es política del gobierno no usar recursos médicos caducos”, expresó la ministra.
“Históricamente, en el programa de inmunización de Malaui, nunca hemos usado una vacuna vencida”, añadió.
Afirmó que la incineración evitará que los opositores de las vacunas usen las inyecciones vencidas como excusa para no vacunarse.
“En nombre del gobierno, le prometo a todo el pueblo de Malaui que nadie recibirá una vacuna vencida contra el COVID”, declaró la ministra.
Las vacunas quemadas eran las que quedaban de un envío de 102,000 que llegaron el 26 de marzo con apenas 18 días antes de su vencimiento, es decir, hasta el 13 de abril. Las demás dosis de ese envío, donado por la Unión Africana, fueron aplicadas sin incidente, indicó la ministra.
La funcionaria agradeció a la OMS, a la Unión Africana y a la India por donar las dosis.
“Ello le ha permitido a Malaui lanzar la campaña de vacunación contra el COVID que está en curso actualmente”, afirmó la ministra.
La OMS había pedido no destruir las vacunas, pero el llamado llegó demasiado tarde, explicó a The Associated Press el vocero del Ministerio de Salud, Joshua Malango.
“Ya habíamos dejado de acatar los mecanismos indicados de almacenamiento, así que esas vacunas iban a estar estropeadas de una manera o de otra”, declaró.