POR EDITH M. LEDERER
NACIONES UNIDAS
Agencia AP
Grupos de derechos humanos y países occidentales, encabezados por Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, acusaron a China de crímenes masivos contra la minoría uigur y demandaron acceso sin trabas para expertos de Naciones Unidas en una reciente reunión virtual. Según Beijing, la cumbre tenía «motivaciones políticas» y estaba basada en «mentiras».
La misión de China ante la ONU envió notas a muchas de las 193 naciones miembro la semana pasada instándoles a no participar en el «evento antiChina». Y el embajador de Beijing ante el organismo, Zhang Jun, mandó mensajes de texto a los 15 copatrocinadores occidentales de la reunión en los que expresó su conmoción por su participación y pidió que se lo «pensasen dos veces» y la retirasen.
El embajador advirtió que si no lo hacían, sería «perjudicial para nuestra relación y cooperación».
En la reunión, la embajadora británica, Barbara Woodward, calificó la situación en Xinjiang como «una de las peores crisis de derechos humanos de nuestro tiempo».
«La evidencia, procedente de un creciente número de fuentes creíbles –incluyendo imágenes satelitales, testimonios de sobrevivientes y documentos públicos del gobierno chino– es motivo de gran preocupación», afirmó Woodward, quien antes fungió como embajadora de Gran Bretaña en China. «La evidencia apunta a un programa de represión de grupos étnicos específicos. Las expresiones de religión han sido criminalizadas y hay una discriminación sistemática y a gran escala contra el lengua y la cultura uigures».
En los últimos años, se estima que un millón de personas o más han sido confinadas en campos en Xinjiang, según gobiernos e investigadores extranjeros. La mayoría son uigures, un grupo étnico mayoritariamente musulmán. Las autoridades han sido acusadas de imponer trabajos forzados y el uso sistemático de métodos anticonceptivos, y de tortura.
El gobierno chino ha rechazado rotundamente las acusaciones. Beijing describió los complejos, que alega que ahora están cerrados, como centros de formación para enseñar el idioma chino, profesiones y la ley para respaldar el desarrollo económico y combatir el extremismo. El país registró una oleada de ataques terroristas relacionados con Xinjiang en 2016.
Según los organizadores, en el evento del miércoles hubo 152 participantes, incluyendo 51 naciones, y orador tras orador pidieron a China que ponga fin a sus abusos contra los uigures.