Por SAMUEL PETREQUIN
BRUSELAS
Agencia (AP)
Líderes de la Unión Europea, sus pares británicos y empresas europeas expresaron hoy su esperanza de que la ratificación definitiva del acuerdo comercial postBrexit abriera una nueva era de cooperación pese a los muchos puntos de fricción que quedan entre los antiguos socios.
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Después de que los parlamentarios europeos ratificaran por abrumadora mayoría el texto, lo que garantizó la continuación del comercio entre ambas partes sin aranceles y cuotas, el primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que el voto era «el último paso en un largo viaje, que da estabilidad a nuestra nueva relación con la UE como cruciales socios comerciales, estrechos aliados e iguales soberanos».
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que la «aplicación fiel» del acuerdo resultaba esencial, mientras que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, celebró el inicio de una «nueva era».
Las relaciones entre la UE y Gran Bretaña han sido difíciles desde que terminó el periodo de transición del Brexit el 1 de enero. Ambas partes han chocado este año por motivos como los suministros de vacunas contra el COVID-19 o el reconocimiento diplomático pleno de la UE en Gran Bretaña.
La ratificación del acuerdo en la cámara europea llegó cinco años después de que Gran Bretaña decidiera abandonar el bloque. El acuerdo, que se completó en Nochebuena, ya había sido refrendado por el Parlamento Británico y entró en vigencia pendiente de la aprobación del Parlamento Europeo, el último trámite legal.
El texto se aprobó por 660 votos a favor, 5 en contra y 32 abstenciones. Los eurodiputados votaron a favor ayer, aunque los resultados no se anunciaron hasta el hoy por la mañana.
Los legisladores de la UE indicaron en una resolución anexa que la salida británica del grupo era «una equivocación histórica, ya que ningún tercer país puede disfrutar de los mismos beneficios que un miembro de la UE».
Gran Bretaña se unió al bloque en 1973.
En un debate antes de la votación, muchos legisladores lamentaron la salida británica pero insistieron en que ratificar el texto era la mejor opción para evitar sobresaltos económicos y garantizar la integridad del mercado único europeo.
Los efectos del Brexit sobre el comercio en el largo plazo aún están por ver. El grupo de presión BusinessEurope, que representa a empresas en la UE, dijo que ratificar el acuerdo daba «claridad y certidumbre legal».
Las exportaciones británicas a la UE se desplomaron en 5.700 millones de libras (8.000 millones de dólares) en enero en comparación con el mes anterior y se recuperaron en 3.700 millones de libras (5.200 millones de dólares) en febrero. Las importaciones también cayeron mucho en enero antes de un leve repunte en febrero. El gobierno británico ha restado importancia al efecto económico del Brexit, y afirma que las restricciones asociadas al coronavirus jugaron un papel en la desaceleración económica.
En medio de tensiones entre Londres y Bruselas por las reglas comerciales que afectan a Irlanda del Norte, la cámara europea también dijo que el pacto daría herramientas legales adicionales para «impedir y proteger contra divergencias unilaterales de las obligaciones firmadas por ambas partes».
La Unión Europea acusó este año a Gran Bretaña de incumplir el derecho internacional, después de que el gobierno británico ampliara de forma unilateral hasta octubre un periodo de gracia en el que no se harían controles de mercancías entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido. Eso llevó a la UE a emprender acciones legales contra su antiguo miembro.
Irlanda del Norte forma parte del Reino Unido, pero se quedó dentro del mercado único de la UE después del Brexit para evitar los controles aduaneros en la frontera del territorio con Irlanda, miembro de la UE. Mantener abierta la frontera irlandesa forma parte del proceso de paz que puso fin a décadas de violencia religiosa en Irlanda del Norte.
Pero las tensiones y la violencia han crecido en las últimas semanas. Los unionistas, partidarios de que Irlanda del Norte siga formando parte de Reino Unido, afirman que el acuerdo del gobierno británico y la UE supone introducir una frontera entre el territorio y el resto de Reino Unido.
La complejidad de la situación en Irlanda del Norte también se hizo evidente en septiembre, cuando el Parlamento británico consideró una propuesta de ley que habría dado al gobierno del primer ministro, Boris Johnson, el poder de derogar partes del acuerdo de salida de la UE referentes a la región.
La tensión se agravó en enero cuando la UE amenazó con vetar los envíos de vacunas de coronavirus a Irlanda del Norte dentro de los esfuerzos por asegurar los suministros en el bloque. Eso habría trazado una frontera «dura» en la isla de Irlanda, exactamente el escenario que trataba de evitar el acuerdo de Brexit.