BARCELONA/AP
Este sábado, cuando el Barcelona y el Athletic Bilbao se enfrenten, estarán buscando más que una coronación en la Copa del Rey.
Bilbao quiere reivindicarse tras caer en la final postergada de la edición de 2020, que disputó a comienzos de este mes ante la Real Sociedad, también en el estadio La Cartuja de Sevilla.
Barcelona necesita demostrarle a Lionel Messi que el equipo tiene la capacidad de ganar nuevamente títulos desde ya, en momentos en que el astro argentino sopesa su futuro. El técnico Ronald Koeman ha hecho su mejor esfuerzo por recuperar la competitividad tradicional del club con jugadores más jóvenes.
Messi guarda silencio sobre sus planes para este verano, cuando su contrato expire. En agosto, causó conmoción en el club catalán, al anunciar que quería marcharse tras una campaña sin título, algo que no le ocurría desde 2008.
Koeman ha logrado involucrar a su equipo en la lucha por el título de La Liga española, pero el exzaguero holandés del Barcelona sabe que las deudas del club y los cambios en la junta directiva no lo eximen de la responsabilidad de obtener trofeos.
“Soy el primero en saber dónde estoy», enfatizó Koeman el viernes. «Estoy en un club grande como Barça y hay que ganar cosas a pesar de los cambios que estamos haciendo, la situación económica del club. Mañana estamos en una final y hay que ganar la final, y las demás cosas no pintan nada en el día de hoy.”
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— FC Barcelona (@FCBarcelona) April 17, 2021
Barcelona enfrenta a un adversario menos talentoso, pero con armas y, sobre todo, tenacidad.
En enero, cuando ambos conjuntos chocaron, lo que pareció el preludio de una celebración de un título se convirtió en una pesadilla para Messi.
Barcelona tenía la ventaja en la final de la Supercopa pero Bilbao igualó a los 90 minutos y terminó imponiéndose 3-2 en la prórroga, con un gol de Iñaki Williams. Frustrado, Messi agredió a un rival y se ganó su primera tarjeta roja con el Barcelona.
El arquero Mar-Andre ter Stegen espera que aquel doloroso tropiezo le sirva de experiencia a su equipo el sábado.
“Es bueno vivir momentos como el que vivimos en la Supercopa”, opinó el arquero alemán. “Hay que confiar en que la experiencia nos dé mañana buenas sensaciones, para que podamos estar bien preparados para todo”.
La final dará también al Barcelona la oportunidad de recuperarse de la derrota sufrida el fin de semana anterior, por 2-1 ante Real Madrid. Ese revés en el clásico, que le cortó una racha invicta de 19 fechas en La Liga, dejó al conjunto blaugrana en el tercer sitio, tan sólo a un punto de su acérrimo rival y a dos del líder Atlético de Madrid.
Bilbao buscará mejorar su desempeño. Ha carecido de dientes, sin la capacidad de generar oportunidades de gol, y cayó 1-0 ante la Real Sociedad en el duelo vasco librado hace apenas dos semanas por la Copa del Rey de 2020.
Habitualmente, Bilbao pone un énfasis especial en el torneo más antiguo del fútbol español, que ha conquistado en 23 ocasiones, sólo detrás de las 30 del Barça. Pero no se ha coronado en la Copa del Rey desde 1984.
Además de la última edición, llegó a la final en 2009, 2012 y 2015. En las tres ocasiones cayó ante el Barcelona.
Marcelino García Toral, el técnico del Bilbao, ha revitalizado al equipo desde que tomó las riendas, antes de derrotar al Barça en la final de la Supercopa. Dirigió también al Valencia en 2019, cuando derrotó al Barcelona en la final de la Copa del Rey.
Aquel resultado cortó una racha de cuatro títulos consecutivos del equipo catalán.
García Toral dijo que su equipo cayó ante la Real Sociedad porque permitió que el “miedo a perder” socavara su confianza.
“Cuando uno experimenta esta sensación mental, uno se va olvidando lo que tiene que hacer para ganar el partido”, explicó. “Vamos a lograrlo. Jugamos contra un gran rival, pero tenemos que mirarnos a nosotros mismos and buscar este estado mental y anímico para ganar”.