CIUDAD DE MÉXICO/AP
Las autoridades judiciales de México comprobaron la probable participación de cuatro policías de un poblado turístico, entre ellos una mujer, en el feminicidio de la salvadoreña Victoria Salazar, cuyo cuerpo fue repatriado el sábado a su país de origen.
La Fiscalía General del estado sureño de Quintana Roo anunció el sábado que logró comprobar la probable intervención de cuatro policías municipales de la localidad turística de Tulum en el delito de feminicidio contra Salazar, quien tenía una visa humanitaria y residía en México desde hace varios años.
La muerte de la salvadoreña ocurrió el 27 de marzo durante un procedimiento policial en medio de una calle de Tulum y quedó registrado en varios vídeos que se difundieron en las redes sociales.
Un juez vinculó a los cuatro policías al caso y ordenó su prisión preventiva mientras dure el proceso. Asimismo, se otorgaron cuatro meses de investigación complementaria a los fiscales, indicó el Ministerio Público en un comunicado.
En la descripción que se hace de los hechos, la Fiscalía General expresó que Salazar, de 36 años, fue detenida por los agentes policiales y “tras un sometimiento con fuerza excesiva y desmedida probablemente provocaron el deceso de la mujer”.
El cuerpo de Salazar fue repatriado a El Salvador en un vuelo comercial en el que iban su madre, Rosibel Emérita Arriaza, y sus dos hijas. La Secretaría de Comunicación de la presidencia de El Salvador dijo el sábado en su cuenta de Twitter que funcionarios de los organismos encargados de protección a los menores y la mujer de la nación centroamericana recibieron a las hijas al llegar al aeropuerto para prestarles asistencia psicológica.
“La familia de Victoria Salazar tiene nuestro total apoyo de seguir acompañándolos de una manera integral y trabajar por lograr que este caso no quede en la impunidad”, precisaron las autoridades salvadoreñas.
Familiares y amigos acudieron al Aeropuerto Internacional “Monseñor Oscar Arnulfo Romero”, a 34 kilómetros al sur de la capital, para recibir el cuerpo de Salazar. que después de los trámites en aduana, fue trasladado a la ciudad de Sonsonate, a unos 130 kilómetros al oeste de San Salvador. Las exequias fúnebres serán el domingo en un cementerio privado de la ciudad.
“Esto cuesta digerirlo, esto trae un montón de emociones encontradas, hay mucho dolor, hay mucha consternación, pero también agradecemos el acompañamiento de todos, agradecemos al presidente de la república, Nayib Bukele, por todo el acompañamiento que nos ha dado desde un principio”, dijo Edwin Alfonso Olivares, padre de la victima.
En un comunicado de prensa, el gobierno del presidente Bukele reiteró el compromiso con la familia de la víctima “de dar todo el apoyo para que sus hijas puedan continuar desarrollándose en El Salvador”, incluyendo la manutención y estudios de las dos menores.
Por el caso también fue apresado la semana pasada la expareja de Salazar, cuya identidad no se ha dado a conocer, quien es señalado de haber presuntamente abusado de una de las hijas de la salvadoreña.
El asesinato de Salazar, quien murió a consecuencia de una fractura en su cuello tras ser detenida por miembros de la policía de Tulum, desató una fuerte polémica y protestas callejeras en Quintana Roo y Ciudad de México.
Salazar era oriunda de Sonsonate, una localidad al oeste de San Salvador, que dejó hace cinco años debido a la violencia y para buscar mejores oportunidades para su hijas de 15 y 16 años.
La madre soltera llegó a Tapachula, en la frontera con Guatemala, donde presentó una solicitud de refugio que fue concedida por las autoridades mexicanas. Posteriormente se trasladó a Tulum, donde encontró trabajo como empleada de limpieza en hoteles de esa zona y después mandó traer a sus hijas a México.
Los vídeos sobre la muerte de la salvadoreña recordaron la del afroestadounidense George Floyd en Minneapolis en 2020, hecho que provocó protestas violencias y manifestaciones contra el racismo en Estados Unidos.
Floyd murió luego que un policía blanco colocara su rodilla en su cuello durante unos nueve minutos, incluso cuando a Floyd se le veía desfallecer. Justo el lunes comenzó en Minneapolis el juicio contra el policía acusado de matarle.