Emilio Matta Saravia
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Con motivo de la publicación en el Diario de Centro América del Acuerdo Gubernativo 50-2021 el martes pasado, el gobernante asegura estar tomando “acciones consideradas como históricas” y que son una “evidencia de la firme disposición del Gobierno de Guatemala para fortalecer el combate a la corrupción”. Un discurso totalmente alejado de la realidad.
El escueto acuerdo de marras contiene dos capítulos. El primero trata sobre la “transparencia y calidad del gasto”, y contempla trece artículos, los cuales en términos muy, pero muy generales dicen que el gobierno y los funcionarios de la presidencia, ministerios, secretarías y otras dependencias del Ejecutivo, así como la Procuraduría General de la Nación y dependencias descentralizadas que reciben aportes de la administracion central, deben ser “transparentes” con el gasto, publicar información en distintos portales y en sus respectivas páginas web, habla sobre la farsa del presupuesto abierto (que ya se vivió en el fallido proceso del presupuesto 2021, para el cual aún no existe ningún tipo de candado, principalmente en las ampliaciones del mismo), y también sobre el seguimiento a la estrategia y ejecución del gasto. El segundo capítulo trata sobre el “control del gasto”, tiene cuatro artículos, los cuales en términos aún más generales indican únicamente que se debe priorizar el gasto y que debe existir una vinculación entre plan y presupuesto. Como todas las comunicaciones emitidas por este gobierno, el lenguaje utilizado es ambiguo y el acuerdo gubernativo redunda mucho pero no aterriza en nada.
Me di a la tarea de revisar los portales que indicaba el acuerdo gubernativo y las páginas web de algunos ministerios, para encontrarme con que la mayoría de las páginas que revisé ni siquiera cuentan con el apartado de transparencia. Los ministerios que sí cuentan con dicho apartado tienen información desactualizada, de varios años atrás, inclusive, pero no la de 2020, menos de 2021. Como dato curioso, tanto en el portal del Ministerio de Finanzas como en el sitio web del Ministerio de Salud aparece la información del préstamo BIRF-8730-GT (Crecer Sano) por 100 millones de dólares americanos, el cual fue otorgado expresamente para combatir la desnutrición crónica infantil en Guatemala. Aunque en ambos portales la cantidad en dólares es la misma, la cantidad en quetzales difiere, ya que de acuerdo al portal de la cartera de Finanzas el monto otorgado es de Q770.9 millones, mientras que el sitio web de la cartera de salud el monto otorgado es de Q765.4 millones. La variación es enorme y, lejos de aportar a la cacareada “transparencia”, provoca más interrogantes, principalmente en el tema cambiario.
Es obvio que el presidente tenía la premura de salir con una acción de este tipo ante la visita de funcionarios estadounidenses que vienen a hablar precisamente de transparencia, rendición de cuentas y del impacto que tiene la corrupción en la migración de los guatemaltecos hacia el país del norte.
El combate a la corrupción no ha sido ni va a ser prioridad de este gobierno. La prioridad de este presidente, al igual que sus antecesores en el cargo, son sus financistas. Y mientras continuemos con el mismo sistema, todo permanecerá igual.