POR MARÍA ESPAÑA
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Se tiene conocimiento que, para noviembre, Nicaragua tiene programadas elecciones generales; sin embargo, el actual presidente Daniel Ortega ha demostrado autoritarismo y manipulación para conservar su posición, siendo este uno de los muchos retos del nuevo gobierno de los Estados Unidos representado por el presidente Joe Biden. A esto refiere Eddy Acevedo, director senior de comunicación y políticas del Instituto McCain en una columna de opinión publicada en “Miami Herald”.
“El líder autoritario de Nicaragua, Daniel Ortega, lleva años corrompiendo las instituciones gubernamentales para inclinar la balanza a su favor. Permitió que el Kremlin se afianzara en Managua, que según los informes puede ser una base de espías; busca prohibir que los candidatos de la oposición se presenten a las elecciones; y aprobó una ley sobre agentes extranjeros para intentar intimidar y silenciar a los disidentes y las organizaciones de la sociedad civil. Debido a los altos niveles de corrupción, su régimen está obstaculizando los esfuerzos para combatir el narcotráfico”, expresa.
Agrega que, durante esta semana, el almirante Craig Faller del Comando Sur de EE. UU., testificó ante el Congreso sobre la “represión en curso” en Nicaragua, y, además, en Cuba y Venezuela se “perpetúa la corrupción y desafían la libertad y la democracia al abrir la puerta a actores estatales externos y organizaciones criminales transnacionales”.
En este sentido, Acevedo señala que el presidente Biden ha reiterado la importancia de “defender valores democráticos y combatir el autoritarismo en el mundo”, pero que esto es uno de los “primeros desafíos” de su política exterior en América Latina, principiando con las elecciones en Nicaragua.
“Si Estados Unidos realmente quiere promover la democracia en Nicaragua, debe sancionar a individuos del sector privado que han facilitado el control de Ortega en el poder a través de un pacto. Este acuerdo aseguró que Ortega no se entrometiera en el sector privado y, a cambio, el sector privado acordó mirar para otro lado mientras Ortega tiraba por la ventana la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos”, destacó.
REFORMAS AL DR-CAFTA Y LOS NIVELES DE RIESGO QUE INCLUYEN A GT
Asimismo, mencionó que la administración de Biden debería “renegociar” términos del Tratado de Libre Comercio con la República Dominicana-Centroamérica (DR-CAFTA, por sus siglas en inglés) a fin de expulsar a Nicaragua del acuerdo, a menos que “implemente reformas electorales sustantivas”:
“Un acuerdo actualizado debe incluir disposiciones para contrarrestar la corrupción, apoyar el estado de derecho y promover los derechos humanos y las reformas democráticas. Tales incentivos no solo ayudarían a Nicaragua, sino también al resto de Centroamérica, que no correrá el riesgo de perder miles de millones en el comercio”, puntualizó.
Según detalla Acevedo, en 2019, los bienes y servicios estadounidenses tuvieron un superávit de US$3.2 millones con Guatemala, US$1.1 mil millones con Honduras, y US$1.6 mil millones con El Salvador. Mientras que con Nicaragua obtuvo un déficit de US$2.3 mil millones.
“Ortega, su familia y sus aliados se están beneficiando, ya que su familia controla la mayoría de los negocios en Nicaragua y se ha alegado, también toma una parte de lo que las masas del sector privado. Muchos en el sector privado piensan que lo mejor para ellos es mantener a Ortega en el poder para mantener las ganancias fluyendo, incluso ayudándolo e instigándolo a él y a su familia al lavar dinero y perpetuar la corrupción del gobierno”, sentenció.
De acuerdo con la Unidad de Inteligencia del “The Economist”, en los primeros lugares de riesgo de seguridad se encuentran Venezuela, Guatemala y México, mientras que, del riesgo de efectividad de gobiernos, se menciona también Venezuela y Guatemala, incluyendo a Ecuador.
LISTA ENGEL
Por otro lado, Acevedo detalló que el Congreso estadounidense ha dado “herramientas para presionar el cambio democrático” en Nicaragua, como la creación de la Lista Engel por parte del legislador Eliot Engel, con el fin de identificar a actores políticos involucrados en corrupción en el Triángulo Norte.
En este sentido, expresó que “es necesario agregar a Nicaragua en esa lista”, refiriendo que, según Transparencia Internacional, dicho país es “la nación más corrupta de Centroamérica y ocupa el tercer lugar entre los más corruptos de la región, detrás de Venezuela y Haití”.