David Barrientos

La propiedad privada sirve de base para la producción y el intercambio, este principio del derecho es reconocido universalmente, hace conciencia de los costos y beneficios y este proceso produce resultados eficientes, es por ello que la iniciativa privada es más eficiente que el sector público y esa eficiencia derrama beneficios que se manifiestan en mejores condiciones de vida para todos. Por ello la prosperidad y los derechos de propiedad son inseparables. Así el proceso de producción se ve interrumpido cuando no existe seguridad de la propiedad. La propiedad de los medios de producción no es un privilegio, es una responsabilidad social, además siempre es un riesgo hacer producir cualquier medio, puede haber pérdidas materiales o sea no hay inversión eternamente segura. La transformación de la naturaleza humana a una forma comunista de propiedad como sustituto de la propiedad privada, no ha resultado efectiva en el planeta, sentir el interés público como suyo no existe ni en la imaginación de los más comunistas.

Guatemala vive desde hace muchos años con el asedio de las invasiones a la propiedad privada; cientos de fincas en el interior del país están invadidas, manipuladores sociales alientan a sus seguidores a usufructuar bienes que no les pertenecen, y al parecer todo sigue muy bien gracias; sin embargo el tema de las invasiones se da hasta por las municipalidades en total abuso de poder local, usurpan propiedades que no les pertenecen como es el caso de la municipalidad de Lanquin, Alta Verapaz, donde: Ministerio Público, Inguat, Contraloría General de Cuentas, Procuraduría General de la Nación, Procuraduría de los Derechos Humanos y otros órganos competentes, bien gracias; así en Guatemala solo respeto la constitución cuando me conviene. Es más, en la actualidad se desarrolla una invasión en el área Nimajuyú, o sea el tema de las invasiones se estÁ generalizando y llegará hasta donde los propietarios lo sigan permitiendo; estamos esperando tener al vecino invadiendo nuestra propiedad para reaccionar o entregamos Guatemala a un sistema que ha mostrado ser un fracaso para todos, con excepción de quienes se hacen con las mieles del poder, los ejemplos en América están totalmente identificados.

Ahora bien, es cierto que las grandes mayorías abandonadas a su suerte necesitan de la atención del Estado, y ensayos seguramente no hacen falta; pero, cuanta finca está invadida o con amenazas de invasión e incertidumbre hay, por lo que los propietarios no la hacen producir, y existen otras que sus ocupantes o invasores viven sin certeza jurídica de la tierra que habitan; seguro que si se destinara un fondo para la compra de tierras y otorgárselas a personas que califiquen por necesidad, les resolvería, además brindaría beneficio a los vendedores y la derrama seria para todos en un país donde se respete el derecho ajeno.

La diferencia entre prosperidad y la pobreza reside en la propiedad. Las naciones prosperan cuando los derechos de propiedad privada están bien definidos y se hacen valer; para abolir la propiedad privada, es necesario cambiar la naturaleza humana, ¿podremos hacerlo? o perfeccionamos nuestro sistema de gobierno que atienda a todos de manera justa y equilibrada.

Napoleón Barrientos

napo10211@gmail.com

Guatemalteco, originario de Alta Verapaz, forjado bajo los principios de disciplina, objetividad y amor a la patria; defensor del estado de derecho, de los principios de la democracia, con experiencia en administración pública, seguridad y liderazgo de unidades interinstitucionales.

post author
Artículo anteriorVidas de niños (Realidades 2)
Artículo siguienteCoherencia, Nimajuyú y el respeto a la propiedad