POR CARLOS VALDEZ
LA PAZ
AGENCIA AP
Por segunda vez durante la pandemia, los bolivianos acudieron a votar ayer para elegir alcaldes y gobernadores en unos comicios, cuyos primeros resultados no oficiales favorecen a los partidos opositores frente al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) del presidente izquierdista Luis Arce y del exmandatario Evo Morales.
La oposición acudió dividida a los comicios, pero mantendría el control de las alcaldías de las cuatro ciudades más grandes incluyendo La Paz y Santa Cruz, mientras el MAS podría perder la mayoría de las gobernaciones, según encuestas de salida elaboradas por la empresa Ciesmori para la televisora Unitel.
Los resultados oficiales demorarán más de una semana si hay segunda vuelta para la elección de los nueve gobernadores, anticipó el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Salvador Romero. Según la proyección de Ciesmori podría ser el caso en al menos tres de las nueve gobernaciones, entre ellas La Paz.
La jornada electoral «transcurrió en normalidad salvo incidentes menores», dijo Romero. El hecho más grave fue la quema de urnas con más de tres mil votos en un barrio de la ciudad oriental de Santa Cruz, reducto opositor, por sospechas de «acarreo de votantes».
«El MAS no es el protagonista en la ciudades importantes pero se mantiene como el único partido con presencia nacional», opinó la socióloga María Teresa Cegada al comentar los resultados de las encuestas de salida.
Disidentes del MAS también han ganado terreno en varias ciudades. «El MAS llegó dividido y con importantes escisiones, pero sobre todo con el liderazgo de Morales cuestionado» por acusaciones de partidarios de haber impuesto candidatos, según el analista y escritor José Rafael Vilar.
Al MAS le va mejor en elecciones nacionales que en lecciones regionales en las que los opositores son más fuertes, opinó la analista Susana Bejarano a la cadena Unitel.
El partido ganó las elecciones nacionales con Luis Arce, quien obtuvo el 55% de los votos en los comicios de octubre pasado tras la crisis política de 2019 desatada por elecciones denunciadas como fraudulentas y que obligaron a la renuncia de Morales (2006-2019) y a la creación de un gobierno transitorio de derecha encabezado por Jeanine Áñez.
Añez perdería la elección para la gobernación de la provincia amazónica de Beni, según las encuestas.
A su vez, Morales y Arce fustigaron la presencia de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que denunció los comicios de 2020 por supuesto fraude en los que Morales buscaba un cuarto mandato tras 14 años en el poder.
«Es un organismo indeseable… cualquier declaración que emite carece de validez para el pueblo», publicó el expresidente en Twitter. Arce dijo que no acudirá a ninguna reunión de los observadores del organismo interamericano.
Unos 7,1 millones de bolivianos estaban facultados para sufragar.
La campaña transcurrió en medio de un pico de contagios por la segunda ola del COVID-19 que ha ido en descenso en los últimos días. Hasta el domingo, Bolivia acumulaba 253,297 infecciones y 11,798 fallecidos.
Los votantes acudieron a las urnas barbijo y debieron realizar largas filas en los colegios electorales para evitar la aglomeración. El horario se amplió a nueve horas.
En total serán elegidos 5,000 funcionarios, entre ellos nueve gobernadores, alcaldes y concejales en 327 municipios y asambleístas regionales en nueve provincias.