Por MICHAEL R. SISAK y MARINA VILLENEUVE
NUEVA YORK
Agencia AP
Una exasistente que acusa al gobernador neoyorquino Andrew Cuomo de acoso sexual lo describió ayer como un depredador manipulador, y otra mujer dijo que quedó «conmocionada y avergonzada» después de que él intentó besarla en una boda en 2019.
La mujer, Anna Ruch, es la tercera que acusa públicamente a Cuomo de comportamiento ofensivo, y la primera de ellas que no ha trabajado en el gobierno del estado.
Ruch le dijo al The New York Times ayer que conoció al gobernador en una boda celebrada en septiembre de 2019. Señaló que al momento de conocerlo, Cuomo le puso la mano en la espalda que traía descubierta, y ella se la quitó, y después le colocó las manos en el rostro y le preguntó si podía besarla.
«Estaba tan confundida y conmocionada y avergonzada», dijo Ruch, de 33 años, al diario. «Le di la espalda y me quedé sin palabras en ese momento».
Una fotografía del evento capta a Cuomo con las manos sobre el rostro notablemente incómodo de Ruch.
The Associated Press envió un correo electrónico al negocio de Ruch en busca de comentarios. Sus cuentas de redes sociales son privadas. También se envió un correo electrónico a la oficina de Cuomo.
Las acusaciones de conducta sexual inapropiada presentadas por parte de dos mujeres que habían trabajado en el gobierno de Cuomo llevaron a la secretaria estatal de Justicia, Letitia James, a declarar que procedería con una investigación.
James, elegida independientemente, recibió ayer una carta de la oficina de Cuomo en la que se le autoriza a asumir el mando de la pesquisa luego de un fin de semana de debates sobre quién debería estar al frente de la indagación.
El documento le permite a James, también demócrata, comisionar a un despacho legal independiente a llevar a cabo una pesquisa con poder de citación. Los hallazgos serán difundidos en un informe público, se afirma en la carta.
Cuomo ha sostenido que nunca tocó indebidamente ni realizó propuestas inadecuadas a nadie.
La exasistente, Charlotte Bennett, de 25 años, rechazó el lunes el intento de disculpa de Cuomo en el que justificó su comportamiento como «juguetón», señalando en un comunicado que el gobernador «se ha rehusado a reconocer o a asumir la responsabilidad de su comportamiento depredador».
Bennett, quien asegura que Cuomo la interrogó sobre su vida sexual y le preguntó si estaría dispuesta a tener una relación con un hombre mayor, escribió que «los abusadores — en especial aquellos con una enorme cantidad de poder — a menudo son agresores reincidentes que ejercen tácticas de manipulación para disminuir las acusaciones, culpar a las víctimas, negar cualquier irregularidad y evadir las consecuencias».
El respaldo a Cuomo se ha desplomado en medio de la crisis, incluso entre los demócratas. Las acusaciones de acoso surgen poco después de señalamientos en su contra de que encubrió el saldo real de muertos por coronavirus entre los residentes de asilos de ancianos.
Ha sido un tropezón bastante notable para Cuomo, quien había sido sumamente elogiado por su liderazgo durante la pandemia, particularmente por sus conferencias de prensa diarias en las que intentaba informar y consolar a la población con tablas y gráficas.
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, y otros funcionarios electos han dicho que mientras Cuomo esté bajo investigación debería ceder los poderes de emergencia de los que goza desde que comenzó la pandemia, hace casi un año. La legislatura no ha tomado medidas para revocarle a Cuomo los poderes de emergencia -que vencen el 30 de abril- a pesar de la presión de los republicanos, y de algunos demócratas, así como del sindicato de maestros de la Universidad Estatal de Nueva York.
Por su parte, la exasesora Lindsey Boylan dijo que Cuomo hizo comentarios inadecuados acerca de su apariencia, la besó sin su consentimiento al concluir una reunión y en una ocasión sugirió que jugaran al póker quitándose prendas mientras volaban en su jet propiedad del estado.