David C. Martínez-Amador.
Cuando las capacidades fiscales de un Estado son estructuralmente débiles, es decir, el Estado no solamente tiene poca capacidad de gastar de forma inteligente (y transparente) sino, además, no sabe cobrar los impuestos necesarios, lo peor que puede suceder es una crisis existencial. Y entonces, en esta coyuntura apareció la pandemia del Covid 19 y literalmente toda una suerte de Estados Nación acostumbrados a que la cooperación internacional financie sus ejes fundamentales están ahora en serios problemas. Debo explicar, no pretendo desmerecer el rol de la cooperación internacional como un actor legítimo que en efecto tiene un rol importante. Lo que quiero decir es, en palabras más simples, un país que lleva 40 años intentando construir ´una transversal en su zona norte´ la va a tener muy difícil para asegurar el acceso universal a la vacuna contra el Covid 19. Aquí es precisamente donde la dejadez, la corrupción, la voracidad y la falta de visión estratégica ´alcanza´ a los Estados irresponsables.
Por mucho que la ONU plantee que no tomen lugar posiciones nacionalistas y por mucho que existan plataformas de cooperación internacional para el acceso a las vacunas, los Estados con mayor capacidad (fiscal, de gasto, de infraestructura) son los ganadores en esta crisis. Al final del día, los Estados que puedan comprar de forma directa las vacunas son los que salvarán vidas.
Ante esta situación el Gobierno de Guatemala debería concentrar todos sus esfuerzos en buscar mecanismos directos que permitan el acceso a la vacuna y nada más. Es el momento además para pensar en instrumentar alianzas público privadas que puedan acelerar el acceso por compra directa del Estado a un número de vacunas que sirva para inocular a jubilados del Seguro Social y ciudadanos de la tercera edad. Se necesita pragmatismo: Es imposible pensar que todas las vacunas necesarias llegarán vía cooperación internacional (Guatemala no es el único país que las requiere); se necesita aceptar que es momento de gastar (de forma inteligente y transparente), así como suponer que si hay privados interesados en comprar vacunas pues, debe permitirse. México por ejemplo está mostrando un desempeño muy interesante: El Estado Federal compra de manera directa a diferentes proveedores y permite la compra por parte de privados. Costa Rica ya está vacunando.
En Guatemala, el tema de las alianzas público privada se ha articulado para la temática de infraestructura vial, de política comercial y tantos otros rublos que no tienen la importancia estratégica que significa acceder a esta vacuna.
El esquema podría ser simple, siendo estratégicos y con un poco de humanidad. Un apreciado y respetado colega cientista social me lo resumía en estos 4 pasos: 1) Compra directa del MSPAS para primera línea y ancianos no afiliados al IGSS., 2)Compra directa del IGSS para jubilados; 3) Alianza público-privada en compra directa para comprar lo restante que atienda a la población 60 en adelante.; y 4) Mecanismo Covax para la población de 40-60. En desarrollo hay otras vacunas que serán de más fácil acceso para otros sectores de la población.
¿Es esto mucho pedir?