Marco Trejo
El respeto al peatón es uno de los valores muy importantes en las ciudades más cosmopolitas en el mundo. La vida es un derecho que debemos respetar todos y me parece que el Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil se va a apuntar un 100 si logra que cambiemos el comportamiento en este sentido.
Según la estadística de accidentalidad de las fuerzas de seguridad ciudadana, el año pasado fueron atropelladas más de 2 mil 300 personas, en las diferentes calles y avenidas, de los 21 departamentos que componen la República de Guatemala.
La finalidad de la campaña denominada “Peatón Seguro” consiste en que los guatemaltecos tomen conciencia de la utilización de los pasos de cebra, las aceras, pasarelas, las zonas seguras y prestar atención a los semáforos, esto con el objetivo de evitar ser víctimas de accidentes por parte de los conductores de automóviles, camiones, buses o motocicletas.
Según la información que ha proporcionado, a los diferentes medios de comunicación, el vocero de la institución, Rony Véliz, la campaña diseñada se realizará en distintos puntos de la ciudad capital, la cual contará con el apoyo de Sub Dirección General de Prevención del Delito y otras entidades del Ministerio de Gobernación.
Según los datos las víctimas por no utilizar los espacios adecuados al caminar y cruzar calles, avenidas o la cinta asfáltica, del uno de enero al 31 de diciembre del año pasado, fueron 2 mil 315 personas atropelladas a nivel nacional, mientras que en el departamento de Guatemala fueron 788 personas, que hacen un total de 3 mil 581 personas afectadas, por lo que la campaña pretende reducir estos lamentables índices de la falta de educación vial.
En las carreteras podemos observar que los pilotos de vehículos, autobuses y camiones no tienen el más mínimo respeto por la vida, ven que un peatón quiere cruzar una arteria y en vez de reducir la velocidad empiezan a encender luces y le meten la pata al acelerador, con el fin de impedir que los transeúntes puedan cruzar la vía.
Es muy común ver que los peatones no pasan las calles y no utilizan las denominadas cebras, líneas blancas que están dibujadas sobre el pavimento de las calles y vías del mundo entero, y su fin es que los peatones tengan un espacio seguro al cruzar las calles del mundo, lo cual en Guatemala no tiene mucho valor porque la autoridad vial no vela por el respeto de ésta señal de tránsito.
Las leyes de tránsito de un país no se cumplen, porque la autoridad no se impone para hacerla respetar, he visto en las calles que los pilotos, de cualquier tipo de vehículo, hacen lo que les viene en gana y los agentes no les importa hacer cumplir la norma vial, lo cual demuestra que en un lugar donde las entidades policiales no les importa hacer valer nada, menos le va interesar hacerlo al ciudadano común y corriente.
Es necesario que los directores de las diferentes Policía Municipales de Tránsito (PMT), tomen conciencia de lo que es concientizar a una sociedad y lo que es ser una policía impositiva que solamente le gusta imponer multas a vehículos, de último modelo, porque se supone que tienen el dinero para cancelar las infracciones que generan ingresos extras al Estado.
Pero es una vergüenza interinstitucional que no funcione el Observatorio Nacional de Seguridad del Tránsito –ONSET-, ente encargado de verificar y validar información que permita garantizar la seguridad ciudadana, con datos específicos, que pueden ser utilizados por las policías viales, para la toma de decisiones, que permitan poner en marcha planes, programas y políticas que buscan la reducción de hechos de tránsito.
Pero como en Guatemala todo es posible, mensualmente, tenemos más de 45 accidentes viales de motocicletas, cuyos conductores han tomado las calles como territorio sin ley, donde todos hacen lo que quieren y como quieren, sin que exista una mano dura que le ponga un alto, a este derramamiento de sangre, que deja a muchas familias con problemas judiciales y otros con luto y dolor.
Espero que esta iniciativa de educación vial, de los frutos necesarios, para que veamos otra actitud en los conductores y que este trabajo se transforme en algo positivo, para una sociedad, que está muy afectada por la indiferencia de las autoridades que solamente ven la manera de sacar provecho a su puesto gubernamental, sin dejarle nada bueno a su comunidad.