Ex trabajadores de una ruta de autobuses, que llevan mascarillas para protegerse del coronavirus, exigen asistencia económica gubernamental durante una protesta frente al Zócalo, la plaza principal de la Ciudad de México. Foto la hora: Marco Ugarte/AP
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Por GISELA SALOMON
MIAMI
Agencia (AP)

El Fondo Monetario Internacional cree que las crisis son oportunidades y que la provocada por la pandemia de coronavirus debería servir para que Latinoamérica implemente políticas que le permitan crecer achicando la desigualdad social y promoviendo la integración y las inversiones.

«¿Qué podemos hacer para que podamos salir de la crisis mejor de lo que entramos?», se preguntó el martes Kristalina Georgieva, la directora gerente del FMI, tras señalar algunas de las razones que convirtieron a la economía de la región en una de las más golpeadas en todo el mundo por la pandemia por la desaceleración que venía experimentando desde antes de 2020.

Georgieva efectuó sus declaraciones en una conferencia virtual que ofreció en el Consejo de las Américas.

El FMI ha proyectado una contracción económica de 8,1% en Latinoamérica este año y una recuperación de 3,6% para 2021. Se trata de la mayor crisis económica regional en la historia, que representa un retroceso de al menos una década, de acuerdo con las estimaciones de organismos multilaterales.

La economía mundial se desacelerará un 4% en 2020 y crecerá un 5,2% en 2021, según el FMI.

«Una crisis, una crisis profunda, debe servir para el futuro», expresó la directora del FMI. «Debería sacudirnos», aseguró, tras destacar que los resultados podrían haber sido aún peores si los gobiernos latinoamericanos no hubieran implementado políticas monetarias para proteger a las economías.

Desde 2012, Latinoamérica atraviesa una desaceleración económica que se agudizó con una contracción en 2015 y 2016.

La economía estuvo estancada en 2019, y aunque se esperaba una recuperación en 2020, no pudo concretarse porque llegó el coronavirus.

Para el FMI, la de la pandemia es la primera crisis verdaderamente mundial, que combina aspectos económicos y de salud.

«Desafortunadamente para Latinoamérica, la región está especialmente muy golpeada», añadió Georgieva tras remarcar que el impacto económico «es también bastante dramático».

Con la pandemia quedó en evidencia que los gobiernos no invierten lo suficiente en los sistemas de salud, y que las políticas tienen que mejorar en el futuro, indicó. Sin embargo, de inmediato destacó como positivo que los bancos centrales bajaron las tasas de interés y las autoridades financieras implementaron medidas para fortalecer el gasto o reducir la recaudación de impuestos.

«Todavía hay mucho que puede hacerse para eliminar los obstáculos para el sector privado», dijo, pero alertó que eso es sólo parte del problema.

También los gobiernos deberán prestar atención, indicó, a la inequidad que convierte a la región en una de las más desiguales del mundo. Esto quedó en evidencia en la pandemia, cuando las personas que tenían acceso a tecnologías digitales fueron favorecidas mientras que los sectores más pobres no pudieron seguir trabajando.

«Y eso sólo se arregla con políticas estructurales, con reformas estructurales», explicó Georgieva.

A pesar de que la desigualdad ha mejorado en los últimos años, aún sigue y hay que atenderla porque es un impedimento estructural para el crecimiento, dijo la funcionaria.

Asimismo, añadió, la región debería integrarse aún más y forjar lazos económicos más fuertes que les permitan a los países acceder a mercados más grandes. Como ejemplo mencionó a su país, Bulgaria, que se unió a la Unión Europea para tener más oportunidades.

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