Por LYNN ELBER
LOS ÁNGELES
Agencia (AP)
Quizás Olivia Jade Giannulli pensó que la tratarían con guantes de seda al escoger el ambiente familiar de «Red Table Talk» para hacer sus primeras declaraciones públicas sobre el escándalo de sobornos a universidades en el que están involucrados sus famosos padres.
De ser así, rápidamente se dio cuenta de lo contrario en el episodio del martes de la serie de Facebook Watch.
«¿Cuáles fueron algunas de las repercusiones a lo largo de toda esta situación?», le preguntó una escéptica Adrienne Banfield Norris, madre de la anfitriona de la serie, Jada Pinkett Smith. «Porque tú eres una joven blanca y hermosa, privilegiada desde la cuna, y habrá gente que piense, «ella va a estar bien». Así lo pienso yo».
Giannulli, de 21 años, quien reconoció que estaba nerviosa pero dijo que consideraba el programa un espacio seguro y abierto, negó que buscara compasión. Sus padres, la actriz de «Full House» («Tres por tres») Lori Loughlin y el diseñador de modas Mossimo Giannulli, están en prisión tras declararse culpables de pagar medio millón de dólares para que Olivia Jade y su hermana Isabella, de 22 años, fueran admitidas a la Universidad del Sur de California como parte del equipo de remo, un deporte que ninguna practicaba.
«No trato de pasar por víctima. No quiero lástima. No merezco lástima», le respondió Giannulli a Norris. «Metimos la pata. Sólo quiero una segunda oportunidad que sea como, ‘reconozco que metí la pata’. Durante mucho tiempo no pude hablar sobre esto por la legalidad detrás».
«Nunca llegué a decir que realmente lamentaba que esto haya ocurrido, o que en verdad reconozco que fue una gran metida de pata por parte de todos. Pero creo que todos en mi familia se sienten de esa manera ahora», dijo la otrora influencer de redes sociales, quien perdió contratos con marcas prominentes y dejó la USC tras el escándalo.
«Lo que es muy importante para mí… es aprender del error, no ser humillada y castigada y recibir una segunda oportunidad», dijo seria Giannulli, vestida en un traje rosa de pantalón.
Agregó que intenta superar su perspectiva como chica protegida y encontrar una manera de contribuir.
«Entiendo que yo, sólo por el color de mi piel, ya tenía el pie en la puerta y le llevaba la delantera a los demás… Puedo reconocer eso en adelante. Quiero hacer cosas para cambiar eso y ayudar con eso», expresó, y agregó que recientemente trabajó con niños en un programa extracurricular en el área de Watts en Los Ángeles.
Pinkett Smith, quien dijo que acordó traer a Giannulli a su programa pese a las objeciones de su madre, la trató con un tono comprensivo. Lo mismo hizo la hija de Pinkett Smith, Willow, quien también forma parte de la serie.
Giannulli respondió una pregunta sobre el hecho de que sus dos padres estén ahora tras las rejas.
«No importa cuál sea la situación, uno no quiere ver a sus padres ir a prisión…. Pero también creo que es necesario para nosotros salir adelante y seguir adelante», dijo. No ha estado en contacto con ninguno de ellos desde que se reportaron en la cárcel, lo cual quizás tenga que ver con las restricciones de cuarentena debido a la pandemia, según ella.
Loughlin comenzó a cumplir su sentencia de dos meses en una prisión federal de California el 30 de octubre, mientras que su esposo comenzó a cumplir su pena de cinco meses, también en el estado, el 19 de noviembre. Los acuerdos alcanzados con sus declaraciones de culpabilidad incluyeron multas y servicio comunitario para ambos.
La pareja está entre una treintena de personas prominentes, incluida la actriz Felicity Huffman, que se declararon culpables en el caso federal apodado por los fiscales «Operation Varsity Blues». La operación sacó a la luz sobornos cuantiosos para que los hijos de los involucrados ingresaran a universidades exclusivas de Estados Unidos con pruebas de admisión alteradas o credenciales deportivas falsas.